El Gran Recapte en Terrassa ya ha pasado balance. Ha recogido 105 toneladas de alimentos, una tonelada menos que el año anterior. El delegado local del Banc d’Aliments de Barcelona, Jaume Roca, ha manifestado que "esta vez no hemos logrado igualar o superar la cantidad de la edición pasada pero sigue siendo una muy buena donación y estamos muy agradecidos por la solidaridad de los egarenses. Es normal que cada año no se pueda crecer. Llega un momento en que se toca techo pero veremos que pasa el próximo 2019. ".
La campaña es una convocatoria anual que arrancó hace diez años. Está promovida por los cuatro bancos de alimentos de Catalunya situados en Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona. Cada uno de estos bancos, a su vez, tiene delegaciones como es el caso de Terrassa que hacen su propia recolecta. Además, en nuestra ciudad, todas las donaciones se quedan aquí.
La cita solidaria, que este año tuvo lugar el 30 de noviembre y el 1 de diciembre, tiene como objetivo recoger alimentos para las familias y personas que más lo necesitan. Para ello, los bancos y sus delegaciones se ponen en contacto con los comercios, supermercados y grandes superficies de alimentación de la ciudad y establecen una colaboración de forma que estos establecimientos son puntos de recogida. En esta edición, en Terrassa, se apuntaron 57 establecimientos distribuidos por la ciudad.
El otro gran aspecto que tiene el Gran Recapte es que su logística se nutre de voluntariado. Este año se inscribieron 850 personas, lo que da una idea de la dimensión que toma la campaña en la ciudad. Los voluntarios también se distribuyen por equipos. Cubren turnos de cuatro horas y hay algunos que realizan dos y hasta tres turnos. Cuando se habla de voluntariado en el Gran Recapte se asocia al perfil de una mujer de mediada edad. Este año, sin embargo, se han visto más hombres y también más jóvenes. Precisamente, este diario, en su primer día, entrevistó a un chico, Joaquim Albalate, de 24 años, que debutaba por primera vez. El joven se mostraba contento de cooperar y constataba que había aumentado la presencia de gente de su generación. "Es que nosotros también debemos sensibilizarnos con los efectos de la crisis", dijo Joaquim, quien añadió que sobre todo le preocupa el empleo y que sea precario.
Los dos días del Gran Recapte se llenaron centenares de "bañeras" -las grandes cajas de cartón- que después fueron retiradas progresivamente hacia el Recinte Firal del Passeig del 22 de Juliol. Allí, el domingo por la mañana, empezó una segunda tarea que se prolongará varios días y que consiste en clasificar los alimentos y productos, fundamentalmente se entregó arroz, leche, cereales, aceite, legumbres, cacao, conservas, pasta, productos de larga caducidad.
Las nuevas cajas serán entregadas ahora a las entidades de la red solidaria que hay en la ciudad y que a su tiempo abastacen a las familias derivadas de Servicios Sociales. Así, la recolecta será para al menos unas 1.500 familias que son las que actualmente requieren de esta asistencia tan básica diaria.