El artista sabadellense Agustí Puig, a sus poco más de 60 años, apenas ha tenido oportunidad de mostrar su obra en Terrassa. De ahí la importancia de la exposición que, hasta el próximo 10 de febrero de 2019, permanecerá en las salas 3 y 4 del Centre Cultural Terrassa.
La exposición forma parte del programa Itiner’Art de la Fundació Vila Casas y está conformada por una selección de pinturas, esculturas y serigrafías que suman más de cuarenta obras. Dos de ellas, de gran formato, han sido creadas especialmente para esta sala de exposiciones.
"Es difícil encontrar unas salas tan grandes, con paredes de cuatro metros", reconoció el propio Agustí Puig en una rueda de prensa celebrada ayer. Pese a que las muestra recibe como título "Creant una pròpia cosmicitat", el autor se muestra reacio a ofrecer un análisis sobre el significado de su obra, "sería como repetir lo que ya he dicho en los cuadros."
Cada cuadro, reflexiona, contiene "ideas, estéticas y busca una armonía" que cada persona puede descifrar de distinta forma. La interpretación la deja en manos de aquel que observa el cuadro. "No sé por qué escojo los colores, la gestualidad, este tipo de pintura…", insiste.
Respecto a la gestualidad se atreve a concretar que aquella que ha dado como fruto su obra más reciente "me gusta, desprende mucha energía y difícilmente es algo que pudiera hacer una máquina." Esa energía "dice muchas cosas de tu estado de ánimo, de una calidez que las máquinas no pueden reproducir, la calidez de la gestualidad. Los cuadros son como pequeños soles que desprenden energía; en los buenos cuadros llegas a ver esa calidez."
La rueda de prensa se realizó en una sala en la que estaban ubicados aquellos cuadros de mayor formato, incluidos los dos realizados expresamente para este espacio, de cuatro metros de alto y ocho metros de ancho. Estas obras están realizadas con una técnica inventada por el propio Agustí Puig, y que explicó someramente: "Primero preparo la tela con un color claro, luego aplico otra capa de color negro o rojo para hacer el gramaje, pongo el material y luego con una espátula me queda el negativo."
Grietas y pintura efímera
Puig utiliza materiales como un plástico de burbujas, la suela de unos zapatos o el cartón ondulado para las texturas, y además juega con las cantidades de pintura para luego ir creando efectos, como de unas grietas en el cuadro. Algunas de sus accciones sobre la tela son de una gran fragilidad, claramente efímeras, lo que podría provocar en un futuro la alteración del cuadro. Agustí Puig dice buscar "la belleza, que haya contraste, contención, singularidad, elegancia, armonía, fuerza, originalidad, misterio…".
Sus cuadros no tienen título, para no condicionar al espectador, y la firma la sitúa en el reverso de sus obras, donde a su juicio incluso llega a dibujar con más libertad. Ante un cuadro, diferentes personas pueden tener "percepciones opuestas." La interpretación cambia incluso para él mismo. "Unos años después puedo llegar a preguntarme, ¿esto lo he hecho yo?."
Para crear su obra de mayores dimensiones le ayuda especialmente el tener su taller instalado en la nave de una antigua fábrica téxtil, en Sabadell. Ahora tiene la oportunidad de exponer muy cerca de su particular centro de creación, algo muy raro, según explica: "Es muy difícil exponer en Catalunya y España", especialmente desde que se destapó la crisis. Sin ir más lejos, esta misma semana viaja a Nueva York para exponer en una galería del Soho. Es en el circuito galerístico de Estados Unidos, donde suele exponer con más frecuencia. La Fundació Vila Casas le acompaña por Catalunya, en itinerancia, con Natàlia Chocarro de comisaria.