Empieza el Gran Recapte d’Aliments, la campaña solidaria de mayor dimensión para los más necesitados. La acción de entrega y recogida de alimentos tendrá lugar hoy y mañana en numerosos municipios de toda Catalunya, uno de ellos Terrassa, una ciudad cuyos habitantes demuestran cada año su generosidad para los más desfavorecidos.
El Gran Recapte contará en Terrassa con 57 puntos de recogida, que son establecimientos de alimentación, desde pequeñas tiendas hasta grandes cadenas comerciales. Y en cada uno de estos puntos habrá voluntarios, con un coordinador, para recoger y depositar los productos que se donen en las bañeras, esas grandes cajas de cartón que estarán en los accesos de cada comercio.
El Banc d’ Aliments, con sus cuatro sedes centrales en Barcelona, Lleida, Tarragona y Girona, da orientaciones para esa donación. Pide, en esencia, que sean productos de largo periodo de conservación. La referencia son, pues, leche, aceite, cereales para el desayuno, legumbres, conservas, cacao y galletas. Añadir aquí que a los 57 puntos de Terrassa se añade, por gestión, uno en Matadepera.
Recursos
La gran cita solidaria requiere de una red amplia de voluntarios y coordinadores para que toda la logística se desarrolle lo mejor posible. La campaña de Terrassa había conseguido en los últimos días un total de 750 personas dispuestas a participar en el operativo. Personas de todas las edades, aunque la mayoría son de mediada edad. Anotar que, incluso, hay alguna familia que se moviliza en su totalidad si los hijos tienen más de 16 años, que es la edad mínima para ser voluntario.
En la edición del año pasado, el Gran Recapte en Terrassa recaudó 106 toneladas de alimentos y consiguió 944 voluntarios y coordinadores. El delegado local del Banc d’Aliments de Barcelona, Jaume Roca, espera que Terrassa supere la cifra de la donación alimenticia. "El reto es incrementar cada año los kilos del anterior y, en este sentido, los egarenses lo han logrado. Cada año, recogemos un poco más de alimentos, lo cual nos satisface". Roca también quiso subrayar el papel del voluntariado. "Esta figura es imprescindible para el desarrollo de la campaña solidaria", subrayó.
De ahí que los gestores de los bancos de alimentos siempre están algo angustiados cuando empieza la cuenta atrás. Saben que necesitan de miles de voluntarios (en toda Catalunya) y viven en la incertidumbre. "El año pasado -recuerda Roca- hubo mucha dificultad y tuvimos que hacer llamamientos y en la recta final hubo inscripciones masivas. En Terrassa, por poner un ejemplo, se apuntaron 944, un número que batió récords. Ojalá a día de hoy, que empieza la primera de las dos jornadas, tengamos tanta gente ayudando porque un número alto beneficia la logística y la hace más cómoda".
El Gran Recapte pide al voluntariado cubrir dos jornadas comerciales con tres turnos; uno de 9 de la mañana a una de la tarde; otro de una a cinco de la tarde y otro de cinco de la tarde a nueve de la noche. Los voluntarios que se apuntan deben cubrir un turno de cuatro horas como mínimo aunque algunos hacen ocho a lo largo de los dos días.
Reparto a entidades
Los voluntarios son los encargados de incentivar la donación y de depositar los productos en las grandes cajas de cartón. Las cajas, una vez llenas, se llevan al Recinte Firal del Passeig del 22 de Juliol. Y allí, a partir del domingo, empieza una segunda labor que es la de clasificar los alimentos para hacer la entrega a las entidades que se encargan de hacer el reparto de alimentos a las personas necesitadas derivadas de Servicios Sociales de Terrassa. Son entidades de larga trayectoria en el sector social como Creu Roja y Fundació Busquets y también hay otras como Acau y Gent Solidària. La donación beneficiará a unas 1.500 familias de Terrassa que son vulnerables.
Precisamente, algunas de estas entidades que hemos citado están cambiado el sitema de reparto de alimentos a las familias y personas que tienen asignadas. En su origen, cada entidad tenía como misión la entrega de un carro de productos a la persona beneficiaria. Ahora, son cada vez más las entidades que optan por cambiar este modelo. Lo hacen adaptando el espacio como si fuera un autoservicio. Entonces, las familias entran y eligen los productos con el asesoramiento y acompañamiento de un voluntario. Creu Roja y Gent Solidària abrió, recientemente, un espacio de abastecimiento de este tipo en la calle de Santa Maria Mazarel·lo de La Maurina siguiendo a los pioneros que fueron Fundació Busquets y la entidad Acau. Con el cambio también se incorporan al carro más diversidad de alimentos, atendiendo el origen y la cultura, y productos de higiene personal y para el hogar.