El motivo de la sonora disputa no ha trascendido, pero seguramente el implicado que acabó en los calabozos maldiga el momento en que comenzó aquella discusión entre él y otro individuo. El enfrentamiento llamó, claro, la atención, la Policía Municipal se enteró, acudió al lugar de Sant Pere donde se había armado tal escándalo y detuvo a uno de los contendientes. No lo detuvo por la refriega, sino porque llevaba encima veinte pastillas de éxtasis y una báscula. Ocurrió el lunes por la noche.
A eso de las 10.10, un testigo contactó con la Policía Municipal: informaba de que dos hombres estaban discutiendo con ardor en el barrio de Sant Pere, en la calle de los Ferroviaris. Unos agentes se dirigieron a la zona, junto a la calle de Sal·lari, a unos pocos metros del paseo del Vint-i-dos de Juliol.
Veinte pastillas
No se sabe si los oponentes llegaron a las manos. Al menos, no consta que hubiese lesiones, a tenor de la información policial. Arribaron los guardias al sitio y vieron a los dos hombres, que continuaban enmarañados en una discusión de alto voltaje. Los separaron.
Los enfrentados se conocían de antemano. Llegó el momento de identificarlos. Y de cachearlos. Y fue entonces cuando a uno de los involucrados le cayó el mundo encima. Los policías locales le encontraron droga: veinte pastillas de MDM, de éxtasis, con el logotipo de una famosa marcha de vehículos. Así se conoce, con el nombre de la marca, a ese tipo de comprimidos en el argot de los consumidores de esa droga sintética. El sujeto registrado llevaba también una báscula de precisión.
Le informaron de sus derechos y lo detuvieron como presunto autor de un delito contra la salud pública, relativo a tráfico de drogas. Lo trasladaron a la Jefatura para instruir diligencias.