Cuando tenía 12 años, y era un alumno de la añorada Escola Social que Joan Artigues dirigía en la calle de Topete, a Josep Juanico Bou (Terrassa, 1940) cada fin de semana le ponían como deber un dibujo en tinta china y plumilla, que debía entregar el lunes. "Me gustaba hacerlos, y siempre sacaba buena nota". Nada tuvo que ver su vida profesional con el arte, pero al jubilarse, hace ya dieciocho años, rebrotó en Joanico aquella antigua pasión. Y desde entonces es un artista del dibujo en tinta china (y trabajada con palillos) de intensa dedicación, una muestra de cuyas obras de los últimos años puede verse en la Granja Catalana.
Sus temas, siempre figurativos, realistas, son paisajes y elementos de lugares por los que ha pasado: La Fegeda d’en Jordà, Girona vista desde el puente de piedra, los baños árabes de Taringa de Palma de Mallorca, la localidad de Sant Pau vista desde la carretera, el Camí dels Monjos de Sant Llorenç del Munt con neblina, Tavascan, el claustro de la catedral de Tarragona, una casa de madera de la población suiza de Zermatt. Los formatos son diversos, y los mayores los ha dedicado a un árbol monumental del Montseny , el casal modernista Marquet de les Roques de Sant Llorenç Savall y el interior del Generalife de Granada.
"En estos tres cuadros más grandes hay más de cincuenta horas de trabajo. En unos 53 y en otro 55", deja ir Juanico cuando le comentó sobre la minuciosidad con que plasma todos los detalles de un paisaje o, sobre todo, de un edificio. "Lo sé con exactitud porque las voy apuntando. En una de estas obras puedo pasarme tres semanas, trabajando todas las tardes."
Composición
Porque si se decide a plasmar Girona desde el puente, evidentemente dibuja todas y cada una de las muchas ventanas que son visibles, y lo mismo pasa con los ladrillos del Marquet de les Roques. Un tiempo de dedicación tan largo hace imposible el trabajo "in situ". "Evidentemente, no puedo pasarme cincuenta horas ante un lugar. De modo que hago una fotografía, y luego la amplio en el dibujo. A veces, añado de mi imaginación algún pequeño elemento que mejora y hace distinta la composición final."
Y pasarse tres semanas, todas las tardes, dibujando el Marquet de les Roques, ¿no le aburre? "Muchos me lo preguntan. Pues no. Todo lo contrario. Disfruto mucho. Cuando empiezo una nueva obra, me siento como un albañil que inicia una construcción desde sus cimientos. En casa poca cosa hago. Voy a trabajar al estudio de Amics de les Arts, y es algo que me tranquiliza. Cuando vuelvo a casa me siento como si hubiera descargado."
El palillo es sorprendentemente el instrumento con el que Juanico ha realizado todas estas obras de un detallismo tan acendrado. Único en las que solo tienen tinta china negra. En las que también llevan algunos de los colores de tinta china que existen, se ha servido además, enla última fase, del pincel Maravilla oír hablar a este artista de los enormes resultados que pueden conseguirse con un simple palillo (y viéndolos), y que no precisa otro utensilio para plasmar todos los detalles de las transparencias del agua en el Sant de la Guineueta de Rellinars, por ejemplo.
Primero, las zonas oscuras
¿Los rudimentos de su técnica? "Cuando sacas el palillo del tintero, tiene mucha tinta. Entonces debes atacar las zonas oscuras. Después, a medida que la va perdiendo, haces las sombras más difuminadas. Si el cuadro piede color, se lo doy con el pincel, siempre después de haberlo hecho todo en negro." Una opción artística que parece exigir gran concentración, "sí, pero también puedo ir hablando y haciendo al mismo tiempo". "No hay demasiados artistas que trabajen con tinta china y palillo". Juanico asegura que seguirá siéndolo "hasta el día en que me tiemble la mano al trazar una línea recta"
LOS DATOS
Exposición: Josep Juanico Bou
Lugar: Racó d’Art de Granja Catalana
Fechas: Hasta el 28 noviembre