“Si tienes perros, todavía mejor”, suelta el vendedor al supuesto comprador para aleccionarlo sobre cómo afrontar un eventual proceso de desahucio que tardará un par de años, calcula. El comprador ha llamado al teléfono que el ofertante ha puesto en su anuncio. Sí, se ha anunciado en un portal de internet. Y deja claro que traspasa casa okupada a cambio de 2.600 euros. Torre con piscina, garaje y bañera de hidromasaje. “Cuando veas la casa te enamorarás, es la mejor de la zona”, dice.
El okupa contesta a la llamada. Se muestra algo reticente a informar por teléfono, pues estas cosas mejor hablarlas “en persona”, pero se va soltando. Pregunta al interesado de dónde es. La respuesta: “De Badia”. Y le explica la situación.
Está a la espera de un desahucio y asegura que no le dan soluciones. Necesita el dinero para pagar el alquiler de su nueva morada una vez abandone la casa de Can Palet de Vista Alegre que ha puesto en traspaso. En los circuitos ilegales de “venta” de viviendas ajenas instalados en Terrassa y otras ciudades los precios por “pasar las llaves” son bastante más módicos, habida cuenta de los pisos que se traspasan. Según okupas consultados, la media de estos trasvases es de 400 euros. Pero una torre en los antiguos terrenos de El Sosiego es algo distinto, muy distinto. Además, el vendedor necesita la pasta para entregarla al propietario de la vivienda en la que va a alojarse como inquilino.
El ofertante cuenta que empezó a vivir en el chalet de alquiler, pero el dueño arrendador dejó de pagar la hipoteca al banco y le arrebataron la propiedad. Él permaneció allí. Ahora tiene que marcharse. Ha soportado cuatro órdenes de desahucio pero las ha parado. Ahora su mujer está cansada de la inestable situación y va a ceder, lo está pasando mal. Alude también a su niño. En unos días debe salir de la torre. Tiene fecha señalada para el lanzamiento, pero entregará las llaves en el Juzgado antes. Lo ideal es que en el ínterin la casa sea okupada por otra familia. Por ejemplo, por la del hombre que le ha llamado.
El que traspasa desgrana el funcionamiento de este tipo de transacciones y aconseja al interesado que pregunte a un abogado para saber “cuánto tiempo” podrá disfrutar de la vivienda, pero pone como ejemplo el de un amigo suyo al que desalojaron al cabo de dos años.
“No te pueden echar, es imposible”, tranquiliza al interlocutor, que pregunta por la posibilidad de que alguien lo expulse. El vendedor reitera que necesita el dinero. Si no fuera sí, le daría la casa gratis.
Postores
“Si tienes críos, mejor”. El comprador supuesto informa de que tiene descendencia. Un niño de 3 años, otro de 6. Perfecto. “Tenéis que estar los niños y todo. Mejor todavía con perros”, aconseja para la hora de la llegada de la comisión judicial, si se da la circunstancia.
Cuando vea la casa, se va a enamorar. “Y los niños van a flipar”. Ambos se citan para otro contacto. Hay unos cuantos postores. Portales de anuncios andan repletos de ofertas como esta de Can Palet de Vista Alegre. “Ya hemos informado a los mossos”, afirma un vecino.