Las nuevas canciones de Doctor Prats se han hecho esperar, había ganas de ver a la banda en directo. Señal de ello es que las entradas para su concierto en Faktoria se agotaron en apenas tres días. Con todo, la tardanza ha acabado siendo un valor añadido, ya que Doctor Prats demostró el domingo tener su directo rodadísimo ante una audiencia muy entregada y muy familiar, ávida de corear junto a la banda los estribillos de sus canciones. Había quienes se las sabían desde la primera estrofa hasta la última, y eso vale tanto para algunos niños y niñas de no más de ocho años como para los mayores.
Los primeros compases de "Lliure" dieron el pistoletazo de salida al concierto unos quince minutos después de la hora anunciada, y con posterioridad a que la audiencia consiguiera entrar en la sala ordenadamente, a pesar de la larga cola que se formó en la calle de La Rasa durante la hora anterior al inicio del concierto.
Cuando la sintonía inicial anunció la inminente aparición de los miembros de la banda en el escenario, ya podía sentirse la impaciencia y la expectación en el ambiente.
La primera explosión de serpentinas estuvo acompañada de los primeros elementos que convierten al de Doctor Prats en un gran directo; movimiento, potencia y entrega. Además de las interpretaciones que mantienen un clímax casi constante, al servicio de la alegría y del baile, la banda sigue confiriendo a su puesta en escena de una gran vitalidad gracias a un diseño escénico coreográfico que inunda de vigor su presencia en el escenario.
Ya desde el principio comenzaron a "caer" las canciones más celebradas de su repertorio, "Venim de lluny", "Aham Sigah", "Rockamboleska", y entrelazadas piezas nuevas y otras "antiguas" (aunque no puedan serlo del todo tratándose de una banda con menos de cuatro años de periplo sobre los escenarios.)
En ocasiones los temas se fueron entrelazando sin descanso, como si a la banda no le resultara necesario tomarse un respiro para mantener su energía. A eso le respondió la audiencia con inigualable ímpetu, con pilars de miembros muy jóvenes de les colles y con corros de bailarines ocasionales, de todas las edades, disfrutando al máximo.
Mestizaje desacomplejado
Los juegos de luces y los pasos de baile se fueron intensificando más o menos a medida que fueron sucediéndose los ritmos el ska, del reggae, los ecos de la electrónica, de los aires latinos. Doctor Prats enfrenta en directo todo su abanico de referentes musicales con gran seguridad, sin complejos.
Siguen muy fieles a una sonoridad que les caracteriza, al movimiento unido a ese sentimiento, a las ganas de pertenecer a una tribu en la que el desahogo y la fiesta no deje de lado letras con mensaje, a veces muy personales y otras fácilmente identificables con un sentir general. En suma, Doctor Prats sí son profetas en su tierra, una función que desarrollan con desparpajo y seguramente, a veces, con cansancio; no debe ser fácil mantener tan altas dosis de energía durante tanto tiempo, y tal como se rumorea en su entorno, tienen ya ganas de tomarse un breve descanso.
DOCTOR PRATS