El balcón del cuarto piso se hundió y cayó sobre el del tercero, que se desplomó también por el impacto súbito de tanto peso. Y los escombros del tercero cayeron sobre el balcón del segundo. Este voladizo no se hundió. Resistió. El doble desplome ocurrió ayer por la mañana en un edificio de la calle de Níjar, en Poble Nou-Zona Esportiva. No causó heridos, aunque parte de los cascotes llegó a la acera. Pese a todo, los bomberos consideraron habitable la finca. siempre que fuese de fachada para adentro.
A las 11.49 de la mañana recibieron los bomberos la alerta sobre el hundimiento de dos balcones en la calle de Níjar, junto a la Ronda de Ponent. Cinco dotaciones de ese cuerpo se desplazaron al sector. Se presentaron la Policía Municipal y el SEM. Los vecinos del bloque, de planta baja y cuatro plantas superiores, estaban en la calle. La estampa era de polvo y cascotes, de tensión. Un vecino fue atendido, pero no por golpes.
La policía acordonó la zona, creando un perímetro de seguridad de unos mil metros cuadrados. Los bomberos se aplicaron a inspeccionar la finca y a sanear lo saneable.
El balcón de la cuarta planta se había derrumbado de repente sobre el de la tercera, arrastrándolo también al colapso. Fue como un castillo de naipes derribado en vertical. Los escombros cayeron sobre el balcón de la segunda planta, que resistió el embate, ya residual.
A apuntalar
Los bomberos estuvieron allí cuatro horas. Cortaron las cabezas de las vigas del voladizo del tercero y vaciaron de cascotes el balcón del segundo. Luego apuntalaron el balcón del primero y después el del segundo, y amontonaron los escombros de la acera. Unas vallas seguían protegiendo los aledaños y ciñendo la zona de cascotes acumulados, pero la puerta de entrada al bloque estaba accesible.
Un responsable del operativo informó a este diario de que la finca era habitable porque la parte afectada del edificio estaba en el exterior. Los moradores podían regresar a sus hogares. A las cuatro de la tarde se marcharon las cinco dotaciones de Bombers, la ambulancia que permanecía allí de retén y dos policías municipales.