La ANC impulsa unas primarias republicanas de cara a las municipales de 2019 con el objetivo de movilizar a un electorado más allá de las siglas independentistas, entrar en el Ayuntamiento de Terrassa y sumar una mayoría que consiga una alcaldía por la república catalana. Abierto el periodo de inscripción de electores y candidatos (es preceptivo registrarse para votar la lista), el proceso electoral interno registra los primeros votantes en Terrassa, donde varios candidatos han manifestado ya su intención de incorporarse a la candidatura.
Hace tres semanas, la asamblea de la ANC de Terrassa decidió sumarse a la campaña nacional Primàries Catalunya, que impulsa candidaturas republicanas "inclusivas y unitarias" en todo el territorio, con el objetivo de implantar alcaldías independentistas y "aplicar el mandato del 1-O y el 17-O".
La decisión incorpora un nuevo actor político a las elecciones municipales del próximo 26 de mayo en Terrassa y lo hace, de momento, con una candidatura alternativa a las siglas tradicionales, una lista que pretende "movilizar el capital político del 3 de octubre. Esa gran movilización transversal es el objetivo", comenta Mario Soria, coordinador local de la ANC.
En mayo, la Assemblea Nacional pondrá a prueba por primera vez su capacidad de movilización electoral. Lo hará en solitario o bien integrada en una candidatura unitaria del independentismo local, una opción que de momento tiene pocas posibilidades en Terrassa.
Los partidos independentistas ya han dado pasos en sentido contrario al proyecto de una lista integradora. ERC-MES ya tiene alcaldable, Isaac Albert, y el partido ha dejado claro a nivel nacional y también en Terrassa su intención de concurrir en solitario a las municipales. La CUP, por su parte, también se ha desmarcado de la lista unitaria.
El PDeCAT apuesta por sumar, pero si no prospera una coalición republicana lo más probable es que acuda a las muicipales en solitario, bajo el paraguas de la marca JxCAT.
A seis meses de las municipales, la candidatura republicana e independentista de la ANC en Terrassa cuenta con la adhesión de Demòcrates de Catalunya, los ex militantes de Unió Democràtica, y Solidaritat Catalana per la Independència (SI), la formación de Joan Laporta y López Tena, que ya concurrió a las elecciones municipales de 2015.
La confluencia del independentismo está lejos, pero en la ANC creen que "aún no están todas las cartas sobre la mesa", comenta Mario Soria. La plataforma está convencida de que la agenda política y sobre todo la judicial -el juicio oral del 1-O empezará en enero- pueden crear un clima político favorable a la unidad independentista. "Nosotros no descartamos nada", insiste.
La Assemblea confía en la incorporación de La Crida de Carles Puigdemont a las candidaturas independentistas municipales y apuesta también por un acuerdo pre o post electoral con los comunes. "Es lícito que con Terrassa en Comú podamos compartir también -apunta Soria-. Coincidimos en la legitimidad social del 3 de octubre, son soberanistas y republicanos. Es cierto que mantenemos posiciones distintas en la forma de llegar a la república, pero eso no debería ser un inconveniente para sumar".
Con la mirada puesta en el 26 de mayo, la ANC confía en su capacidad de movilización para ampliar la base del electorado independentista en las municipales. La plataforma está convencida de que será capaz de sumar, como mínimo, los entre 4 y 5 mil votos necesarios para entrar en el Ayuntamiento. "Lo haremos solos y si vamos juntos con mayor razón", afirma Soria.
Un pleno atomizado
La irrupción de una nueva candidatura independentista suma una alternativa política más a las municipales del próximo mes de mayo. La pasada semana el ex alcalde Jordi Ballart confirmó su regreso a la arena electoral con la nueva formación independiente Tot per Terrassa, dispuesta también a concurrir en solitario a las municipales.
A priori, ambos actores pueden contribuir a aumentar la participación si son capaces de captar voto nuevo, pero también pueden fragmentar aun más el mapa político local si al final no movilizan nuevos electores y acaban arañando papeletas a los partidos colindantes.
A medio año de las elecciones municipales y con nuevos candidatos, casi nadie en Terrassa se atreve a vaticinar cual será el resultado de una convocatoria sujeta a numerosos avatares. Una cosa si está clara. La atomización del mapa electoral complicará aún más la elección de alcalde. En primera vuelta será necesario sumar 14, algo que no se consiguió en 2015 y está por ver si será posible en 2019. En segunda no valen las alianzas. La alcaldía será para el candidato de la formación más votada.