Primero una transferencia bancaria, luego otra y otra. Hubo muchas transferencias, casi quinientas, desde las cuentas de la empresa hacia las cuentas del matrimonio, presuntamente. De realizar esas transferencias, fraudulentas, está acusada una mujer que trabajaba de contable en una empresa terrassense que fabricaba y distribuía productos médicos para, entre otras afecciones, la incontinencia urinaria. La empleada y su marido, titular de las cuentas destinatarias, han sido procesados por un delito continuado de estafa. Según el fiscal, que pide seis años de prisión, estafaron a la empresa de material médico y quirúrgico casi 700.000 euros en menos de ocho años.
La empresa tenía su sede en Poble Nou-Zona Esportiva. La acusada entró a trabajar en la firma en el 2008 y desarrollaba "labores propias de contabilidad", dice la Fiscalía de Terrassa en su escrito de acusación. Como era la contable, tenía acceso a todas las cuentas bancarias de la sociedad mercantil. A tenor de la tesis del fiscal, la trabajadora no tardó mucho en empezar los trasvases de dinero. Fue en el mismo año de su entrada en la plantilla, en concreto en octubre. Para su acción de estafa, dice la Fiscalía, la empleada se valió de la confianza depositada en ella por su jefe. Actuó "con ánimo de obtener un beneficio injusto" al efectuar 464 transferencias entre el mes referido, octubre del 2008, y febrero del 2016, cuando el supuesto fraude se destapó.
Según el Ministerio Público, los trasvases con cargo a las cuentas de la sociedad tenían como destino cuentas de la procesada y de su esposo, también procesado por lo mismo porque presuntamente conocía los hechos y actuó en connivencia con su mujer.
Dice el fiscal que entre noviembre del 2008 y enero del 2011, la contable hizo 75 transferencias desde una cuenta de la firma a sus cuentas propias, por un importe global de 77.462,88 euros. Algo menor fue la cuantía detectada en operaciones realizadas entre febrero del 2009 y septiembre del 2011: nueve trasvases de una cantidad total de 7.932,98 euros. La cifra aumentó, y de qué manera, en el periodo comprendido entre septiembre del 2009 y mayo del 2013. El fiscal asegura que en ese tiempo hubo 69 operaciones por un importe de 111.436,62 euros. Mayor aún fue el importe de los desvíos efectuados entre noviembre del 2011 y mayo del 2014: 160 operaciones con un montante total de 278.309,10 euros. Entre junio del 2014 y febrero del 2016 se registraron 135 transferencias: 222.038,51 euros.
Conclusiones
Las conclusiones provisionales del Ministerio Público indican que el matrimonio usó, al menos, cuatro cuentas propias para destinar el dinero supuestamente defraudado a la sociedad. Pero, ¿cómo ocultaba de puertas adentro las operaciones la encausada? Según la acusación pública, llevaba a cabo las transacciones "bajo la apariencia de pagos realizados a proveedores, duplicando y/o variando cifras en los apuntes contables". A juicio del Ministerio Público, la acusada contabilizaba las transferencias como pagos a proveedores cuando esos pagos ya se habían hecho mediante tarjeta de crédito, con lo que se generaba un doble gasto. Otro mecanismo defraudatorio, dice el fiscal, consistía en contabilizar las transferencias como pagos anticipados de proveedores "que se aumentaban ficticiamente".
El perjuicio calculado fue de 697.180,09 euros. Los procesados deberán devolver ese dinero a la empresa si prospera la tesis de la Fiscalía en el juicio, señalado por la Audiencia Provincial para el próximo lunes. La acusación considera a los procesados autores de un delito continuado de estafa y reclama una pena de seis años de prisión y 5.400 euros de multa. Y pide que la contable sea inhabilitada para trabajar en tareas de contabilidad o gestión económica o financiera por un tiempo de tres años superior a la pena de prisión. Un representante de la empresa y una trabajadora han sido citados a declarar.
