La directora Belén Funes, graduada de la ESCAC, rueda estos días en Terrassa su "opera prima", "La hija del ladrón", un drama protagonizado por Eduard Fernández, Greta Fernández y Àlex Monner.
El film gira en torno a una joven cuya vida se ve alterada por la reaparición de su padre, que acaba de salir de la cárcel, personajes interpretados por Eduard y Greta Fernández, que también son padre e hija en la vida real. El tercero en discordia es el exnovio y padre del hijo de la chica, "un carpintero en paro que tiene muchos problemas para expresar lo que siente", según explica Àlex Monner.
La directora declara que la película es "una especie de continuación" de su cortometraje, premiado en el festival de Málaga, "Sara a la fuga" (en el que también aparecía Eduard Fernández). "Allí la protagonista era una adolescente y ahora ya es madre pero se trata del mismo personaje", explica.
Belén Funes ha tardado dos años en poner en marcha el proyecto pero considera que "ha sido fácil teniendo en cuenta cómo está el mundo del cine y más siendo mujer". Funes defiende que "tendría que haber muchas más mujeres en el ámbito de la dirección".
Tras graduarse en la ESCAC, Belén Funes amplió estudios cinematográficos en Cuba. Ha dirigido los cortometrajes "Sara a la fuga" y "La inútil". También ha trabajado, desempeñando distintos cometidos, en películas de Jaume Balagueró, Mar Coll, Isabel Coixet, Paco Plaza, Kike Maíllo y Elena Trapé y en la serie televisiva "Pelotas" de José Corbacho.
El rodaje de "La hija del ladrón", que está a punto de finalizar, se inició el mes pasado y se ha desarrollado en Barcelona, Teià i Terrassa. En el equipo técnico figuran terrassenses como el jefe de producción Bernat Llonch y exalumnos de la ESCAC como la directora de fotografía Neus Ollé, ganadora del Gaudí por "El cant dels ocells". Ollé repite con Funes después del cortometraje "La inútil", en el que también intervenía la actriz Greta Fernández.
Ayer el equipo estuvo rodando en el patio de la Societat Coral Els Amics. Era el día 25 de rodaje y tocaba la secuencia 68A, una comida que los protagonistas comparten con un montón de niños. Y con una mosca inoportuna que se coló en el "set" aunque, por suerte, la toma ya se había acabado.
Todo se desarrolló con normalidad y profesionalidad y la anécdota más destacada fue que a Eduard Fernández le hizo ilusión hacer chasquear la claqueta antes de una de las tomas.