Terrassa

Crespinell y Lanaspa dan un paso más en la inclusión escolar

Los centros Crespinell, de educación especial, y Lanaspa-Giralt, ordinaria, han dado un paso más en su proyecto de inclusión socioescolar. El primero ha abierto una aula de primaria en el segundo, con el objetivo de que el alumnado de Crespinell tenga la posibilidad de compartir aprendizajes en un entorno convencional.

La experiencia de incorporar una aula de Crespinell en el Lanaspa arrancó el curso pasado y dio buenos resultados, por lo que los dos centros decidieron darle continuidad en el tiempo. El aula de Crespinell acoge a ocho alumnos, de entre 7 y 8 años, y cuenta con tres maestras del mismo centro de educación especial a su cargo.

La directora de Crespinell, Anna Maria Peñalver, pone en valor el acuerdo tomado. "Tiene muchas ventajas para nuestros alumnos y también para los del Lanaspa. Para nosotros, el hecho de estar en la escuela ordinaria genera más oportunidades de relación y de conocimiento de unos hacia los otros. Los niños de Crespinell y del Lanaspa se encuentran en el pasillo, en el comedor, siguen los mismos itinerarios… La relación es más intensa que si se comparten algunas actividades -eso se sigue realizando- porque conviven en un mismo entorno a diario".

Peñalver significa que la apertura de esta aula no es fruto de un día. En este sentido rememora que tanto Crespinell como Lanaspa llevan

muchos años colaborando en programas de inclusión y han recibido premios por sus iniciativas al tiempo que Crespinell es referente para el ámbito educativo de Catalunya. La directora se remite a que las primeras iniciativas con el Lanaspa se implantaron en el curso 1990-91. Son, pues, 28 años, de experiencia para que los niños del Crespinell, con discapacidad física y/o psíquica, puedan relacionarse con los del Lanaspa que, además, conviven a pocos metros, puesto que un centro está frente al otro en la misma calle de Pantà.

A lo largo de este tiempo, los equipos directivos y pedagógicos de un centro y otro se han sentado y han diseñado programas para compartir en infantil y primaria. Empezaron por ciclos y etapas y por actividades más lúdicas, como las celebraciones tradicionales y el patio, y progresivamente se incluyó la música, la plástica, la educación física, la informática, excursiones, juegos, proyectos… Y una vez consolidado, Crespinell inició el mismo proyecto, con los ajustes necesarios, con el Institut Montserrat Roig que está en la calle de Cervantes.

La iniciativa, con resultados de éxito, ha sido avalada desde el exterior. En 2002, el departamento de Ensenyament premió la práctica de coeducación y en 2011 seleccionó a Crespinell como centro asesor para la inclusión en centros ordinarios. En 2016, Crespinell, Lanaspa y Montserrat Roig recibieron el premio del Cercle d’Economia.

La apertura del aula de primaria en el Lanaspa coincide justo cuando se cumple un año del nuevo decreto que regula el modelo de escuela inclusiva de Catalunya. La normativa, que sustituye a la de 1997, sienta las bases para que todos los niños con discapacidad intelectual tengan garantizado el derecho, si sus familias lo quieren, ir a una escuela ordinaria. El decreto plantea también la reconversión de los centros de educación especial y en su día se dotó de unos de 142 millones de euros a distribuir en cuatro años.

La directora de Crespinell defiende el planteamiento del decreto porque recoge la tesis y las prácticas que llevan a cabo desde hace tres décadas. Peñalver cree que es el camino adecuado siempre que se acompañe de los recursos suficientes. "El contenido del decreto es bueno pero habrá que ver cómó se aplica porque las escuelas son ahora muy diversas y hay que dotarlas de recursos. En principio lo que está previsto es que el niño con discapacidad pueda integrarse en una escuela ordinaria y tenga la atención especializada".

En este contexto, el decreto concede un nuevo papel a los centros de educación especial. Sugiere que se conviertan en centros proveedores de servicios recursos de las escuelas ordinarias. Al respecto, la directora de Crespinell alerta que esto no quiere decir que vayan a desaparecer. "No todos los niños con discapacidad podrán ir a una escuela ordinaria porque habrá quien necesite una atención específica. Pero eso no es un freno para vivir en paralelo. Es decir, que puede haber escuelas de educación especial y escuelas ordinarias que busquen colaboración en actividades y currículo si pueden". Para Peñalver, lo esencial es que vaya penetrando el nuevo modelo de coeducación y que se reconozca la función de los equipos de escuelas especiales, los cuales tienen suficiente capacidad para lograr que el sistema sea inclusivo y de referencia.

LOS DATOS

Crespinell: Centro de Educación Especial

Ubicación: Calle Pantà, 7

Año de creación: 1978

Alumnos: 68 de Terrassa y su zona de influencia

Profesionales: 21

Inclusión: Proyectos con Lanaspa y el INS Montserrat Roig

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