El conductor de un vehículo acabó detenido el viernes por la noche: lo paró la Policía Municipal y él se negó a soplar, y luego agredió a un agente en la Jefatura.
Por todo eso, por tres cargos, está imputado: por un delito contra la seguridad del tráfico, por la negativa a realizar los tests de alcoholemia y por la agresión. Eran las once de la noche cuando una dotación policial que circulaba por la avenida de Béjar interceptó un vehículo cerca de la confluencia con la carretera de Matadepera. El coche transitaba de manera errática.
Los guardias instaron al conductor a soplar. Hubo intentos fallidos por parte del identificado, pero al cabo realizó un test válido, con un resultado de 0,96 miligramos. Fue trasladado a la Jefatura para efectuar allí las pruebas de alcoholemia de precisión.
Según la policía, el conductor mostró una gran alteración. Una vez en las dependencias policiales de la avenida de Les Glòries Catalanes, se negó a completar los tets de detección alcohólica y agredió a un agente. Terminó detenido y le abrieron diligencias penales por un delito contra la seguridad vial, por la negativa y por la agresión.