La noche acabó con el conductor imputado por ebriedad y con uno de los ocupantes del mismo vehículo detenido, pues tenía pendiente una orden de busca y captura. Ocurrió el lunes de madrugada.
Una persona contactó con la Policía Municipal a las 2.30 de la madrugada: había visto un coche estacionado delante de un comercio en la calle del Consell de Cent, en Sant Pere Nord, y le parecía que el conductor estaba embriagado.
Fueron unos agentes para allí en dos coches patrulla. Resultó que los vehículos policiales se cruzaron con el vehículo en cuestión cuando circulaban por la avenida de Béjar. Y lo pararon cerca de la confluencia con la avenida del Vallès.
Había cuatro individuos dentro del automóvil. Los guardias identificaron a los cuatro y se llevaron a uno de ellos a los calabozos porque, al filtrar sus datos, conocieron que sobre él pesaba una orden de detención. Los policías instaron al conductor a soplar en las pruebas de alcoholemia, que se saldaron con resultados positivos y constitutivos de delito contra la seguridad del tráfico: una prueba dio una tasa de 0,88 miligramos; el nivel de la otra fue de 0,90. El conductor quedó imputado.
El sábado, pasada la medianoche, unos policías vieron un coche saltarse un semáforo en la calle de Severo Ochoa. El conductor dio positivo de alcoholemia (con tasas de 0,49 y 0,53) y llevaba encima una porción de 5,9 gramos de hachís.