Jordi Martín llegó a su negocio, una carpintería de aluminio, a las 8.30 de la mañana de ayer y vio quemados los contenedores de basuras instalados junto a la puerta del local, en Ca n’Anglada. Tardó muy poco en comprobar que las llamas no sólo habían destrozado los recipientes: habían causado daños en su local y en la fachada del bloque de pisos de al lado. Y en una furgoneta estacionada.
Los contenedores, seis, ardieron a las 3.45 de la mañana. Estaban en la calle de Mossèn Àngel Rodamilans, a unos pocos metros de la esquina con la de la Mare de Déu del Carme. El fuego emanaba de las unidades de recogida y lamía las paredes de los edificios. El bloque consta de cuatro viviendas. Los afectados tuvieron que correr escalera arriba para cobijarse en una terraza mientras las llamaradas daban zarpazos a la persiana del establecimiento y tocaban la parte trasera de una furgoneta.
Una dotación de bomberos se dirigió a la calle de Mossèn Àngel Rodamilans. Arrojó agua contra los contenedores y contra las fachadas. Trabajó durante una hora.
Los daños fueron cuantiosos. El incendio destruyó seis contenedores, dejó maltrecha la calzada y la acera, dañó la puerta de entrada al bloque de viviendas, y quemó un balcón y un rótulo de la carpintería. Rompió una luna de vidrio y levantó el zócalo exterior. El olor a humo reinaba en el local varias horas después. La furgoneta presentaba desperfectos en dos ruedas.
El punto de recogida de residuos está a poco más de un metro de los edificios. "Llevamos cuatro años luchando para que cambien estos contenedores de sitio. Muchas veces no se puede caminar por la acera, debido a la acumulación de trastos", esplicó Jordi Martín, responsable del establecimiento.