El Auditorio Alfons Vallhonrat del Centre Cultural de Terrassa se llenó y más, para asistir a un acto organizado por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) de Terrassa, y que contó con los abogados Jaume Alonso-Cuevillas y Jordi Pina, que explicaron sus vivencias de este último año como defensores de las causas contra los políticos catalanes. En su charla, ante cerca de un millar de asistentes, destacaron que no esperan un juicio justo y que sus defendidos nunca pensaron que el Estado español actuara así.
Jaume Aulet, profesor de la UIniversitat Autònoma de Barcelona fue el encargado de presentar a los invitados. Antes, representantes de +Drets Humans y de la ANC en Terrassa, también se dirigieron a los asistentes para recordar algunos de los hechos acaecidos desde el mes de septiembre del año pasado hasta ahora, y para reafirmar su compromiso con el proceso catalán.
Alonso-Cuevillas, abogado de Carles Puigdemont, fue el primer en hablar y recordó que dos terrassenses "están sufriendo estos momentos de represión brutal", los consellers Josep Rull y Lluís Puig, pero quiso recordar al que fuera director de los Mossos d’Esquadra, el egarense Pere Soler, y que también lo está pasando mal. "Estamos ante una situación francamente desconcertante", dijo Alonso-Cuevillas, que recordó que lleva 35 años haciendo de abogado pero "los 34 anteriores no cuentan, después de lo que hemos vivido este último año".
Múltiples garantías
El abogado de Puigdemont aseguró que "se han vulnerado múltiples garantías" e ironizó sobre la acusación de malversación de fondos que recae en su defendido. El abogado manifestó que "afortunadamente hoy formamos parte de un espacio judicial europeo cosa que la cúpula del poder judicial español todavía no ha entendido, y no vivimos en una época de autarquía judicial. Ellos actúan como si viviéramos en esa época".
Alonso-Cuevillas reiteró que no ha habido ningún tipo de rebelión, una de las acusaciones que han recibido sus defendidos y afirmó que "aquí, la única violencia vino de la policía". Según el abogado, "España se está desmoronando" y añadió que "lo que no solucione el Estado español lo tendrá que solucionar el Tribunal de Estrasburgo, porque Europa está encanzalizada". También vaticinó que "en las próximas semanas y meses, la presesión aumentará porque están heridos en su orgullo".
Pina, por su parte, fue más intimista, y recordó algunas anécdotas, principalmente del egarense Josep Rull, durante este último año y las vicisitudes tras su ingreso en prisión. Al acto asitieron la esposa de Rull, Meritxell Lluís, y la hija de Puig, Alba.
Pina admitió que sus defendidos, al principio, no se creían que acabarían encerrados y mostró su desconfianza en el proceso judicial que ha de venir. "Dudo mucho de que tengan un juicio justo", declaró el abogado de Rull. El juicio lo prevé para principios del año que viene y la sentencia para el mes de mayo, aproximadamente.
El pollo, lo mejor
Una de las anécdotas más llamativas de Rull, contada por Pina, fue que un día de visita, el abogado intuyó que su defendido parecía tener ganas de que se fuera. Cuando quiso saber el motivo, Rull le dijo que "hoy toca pollo y es de las pocas cosas buenas. Si llego tarde, me lo tendré que comer frío".
Otra anécdota gastronómica, del mismo Rull, fue que cuando salió la primera vez de la cárcel, se quejó de las hamburguesas. Cuando fue encarcelado de nuevo, un preso le agradeció su protesta, ya que las hamburguesas, desde entonces, habían mejorado. O como no quiso ir a una reunión para poder ver a su hijo practicando judo, sabedor de que sería la última vez que lo vería en mucho tiempo.