La Facultat d’Òptica i Optometria de Terrassa (Foot) del campus de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) entregó ayer el premio internacional al mejor optometrista del año 2018 que en esta cuarta edición ha recaído en el profesor e investigador australiano Konrad Pesudovs. La entrega del galardón tuvo lugar durante la apertura del curso académico de la Foot que se celebró en el bello recinto de las Esglésies de Sant Pere.
Horas antes del reconocimiento, el profesor Konrad Pesudovs, acompañado de Genís Cardona, subdirector de la facultad de Promoción y comunicación, expresó su agradecimiento por la iniciativa de la Facultat d’Òptica, así como de las entidades que se suman que son el Col·legi Oficial d’Òptics-Optometristes de Catalunya (Cooc), Associació Catalana d’Optometria i Teràpia Visual (Acotv) y el Ayuntamiento de Terrassa.
Pesudovs dijo que no esperaba esta distinción y recordó que cuando recibió la carta, pensó que era "una trampa". Confirmado que la nominación iba muy en serio, el científico destacó que "es una gran honor y una gran oportunidad. Esta iniciativa permite que investigadores de todo el mundo podamos estar aquí y explicar lo qué hacemos en nuestro país, en este caso Australia".
El profesor e investigador destaca a nivel internacional en el ámbito de la salud visual porque ha mejorado de manera significativa la diagnosis de patologías y disfunciones visuales. Ha creado una metodología que integra las medidas puramente ópticas y visuales con las experiencias descritas por los pacientes. Al respecto, Pesudovs explicó que empezó a desarrollar un nuevo cuestionario para pacientes con el objetivo de tener más conocimiento e información. "Es muy importante que una persona sea tratada por su patología pero también conocer cómo se siente antes, durante y después del tratamiento. Y, a menudo, los tests son clínicos, de mediciones estandars y acotados en el tiempo", indicó.
La voz del paciente
Para salvar este escollo, el científico ideó un tipo de encuesta con cuestiones médicas pero también personales. "Hay que dar voz a los pacientes porque ellos son los que nos proporcionan más elementos para avanzar en las soluciones". Y citó algunos ejemplos. "Una persona está operada de baja visión pero muchas veces no se sabe si su recuperación es al cien por cien o no. ¿Cómo lee? ¿Cómo conduce de día y de noche? ¿Cómo ve la televisión?. Estas son preguntas necesarias para saber si el paciente en su día a día ha mejorado".
Pesudovs estuvo trabajando en este cuestionario durante seis o siete años junto a oftalmólogos y, al final, fue validado científicamente. Remarcó que ahora es un instrumento de gran aplicación a nivel clínico y también en investigación, puesto que las estadísticas que se pueden hacer son más amplias y fiables. El científico significó también que su método es de gran utilidad para crear nuevos fármacos para tratamientos visuales.