Será, como apuntan algunos expertos, por el microclima especial de la demarcación. Terrassa volvió a ser una de las localidades más afectadas por la tormenta que se desencadenó el miércoles en buena parte de Catalunya, sobre todo en la zona prelitoral. Tras Barcelona, Terrassa se convirtió en la segunda ciudad con más alertas al 112. Los 48 avisos registrados desde esta población contituyeron el 24 por ciento del total. Una de las incidencias más relevantes fue el apagón eléctrico que perjudicó a casi 7.000 abonados de Endesa.
Precedida de minutos de negra amenaza en el cielo nublado, y de aparato eléctrico que hacía temblar, un aguacero se precipitó sobre Terrassa y su área comarcal a las 6.30 de la tarde. A partir de entonces se sucedieron las comunicaciones a los servicios de emergencias. Los bomberos no dejaron de recibir avisos, uno tras otro, hasta las 10.30 de la noche. Según Protecció Civil, de las 197 alertas registradas por el 112 hasta las nueve de la noche, 48 llegaron desde Terrassa. En Barcelona la cifra fue de 68. En Gelida, la tercera localidad de Catalunya con más requerimientos, se registraron veintitrés incidencias.
El Ayuntamiento informó ayer de algunos de los desperfectos provocados por la tormenta, que interrumpió el fluido eléctrico de una veintena de semáforos en vías como la avenida del Vallès, la de Barcelona y la carretera de Montcada. La red de alcantarillado, como otras muchas veces, tampoco aguantó la embestida: hubo inundaciones, y tapas de cloacas levantadas por la furia del agua. Cayeron árboles y ramas de grandes dimensiones. La Policía Municipal, los bomberos y operarios de Gestón del Espacio Público vivieron una tarde agitada.
Los árboles
En el barrio de Can Jofresa se desplomaron dos árboles. Uno, en la calle de Badalona, lo cortaron después los bomberos. Dos árboles más, y unas cuantas ramas, dieron en tierra en Can Parellada. Incidencias similares con troncos se produjeron en Les Fonts y los polígonos industriales de Santa Margarida y Els Bellots.
La tempestad derribó un árbol en la Rambla de Sant Nebridi, en Cementiri Vell, y activó varias alarmas antiincendios.
