El 40% de los residuos ya se recogen selectivamente en Catalunya, donde la separación de la basura tuvo el pasado año el incremento más alto de los últimos cinco, un 7%. El país avanza lentamente hacia el objetivo del 60% del reciclado fijado por Europa para el horizonte 2020, un recorrido en el que la comarca del Vallès Occidental camina a trompicones.
Así lo revela el último balance estadístico de la Agència de Residus de Catalunya correspondiente al ejercicio 2017. En el informe, los municipios vallesanos registran un índice de recogida selectiva del 36,73%, lo que les sitúa en la posición 30 en el ranking de las comarcas catalanas, por detrás de demarcaciones con perfil similar como el Vallès Oriental (38,21%) o el Baix Llobregat (42,65%).
Durante 2017 la recogida selectiva apenas mejoró en el Vallès Occidental un 0,05%, según los datos autonómicos. La ciudadanía se ha relajado y la separación apenas ha aumentado dos centésimas el pasado ejercicio, del 36,71% en 2016 al 36,73 de 2017. De hecho, la comarca no ha dejado de mejorar resultados desde 2012, pero lo hace de manera muy discreta. Los niveles de selectiva siguen por debajo de los años 2010 y 2011, cuando los municipios vallesanos ya rozaban el 37 por ciento del reciclado.
El pasado mes de marzo, el Consell Comarcal del Vallès Occidental hizo público su balance anual. En ese momento, la administración comarcal cifraba la selectiva en 2017 incluso por debajo del actual indicador autonómico, en un 36,22 por ciento.
Las autoridades comarcales reconocen su decepción por el estancamiento que registra la recogida selectiva en el Vallès. Al ritmo que avanza la separación de residuos en casa, la comarca necesitaría 15 años para cumplir los objetivos fijados por la UE.
El comportamiento con los residuos no es homogéneo en la comarca, donde algunos municipios pequeños como Matadepera supera niveles de selectiva del 90 por ciento gracias a la implantación de la recogida puerta a puerta.
Las grandes ciudades
Por contra, las grandes ciudades vallesanas acusan el estancamiento de la población en materia de separación de residuos en casa y continúan a la cola de los municipios que menos reciclan. Terrassa, con un 34,96% en año pasado ha mejorado más de un punto porcentual (33,65% en 2016), pero sigue por debajo de la media catalana (39,93%). Sabadell registra estadísticas incluso peores. La población vecina está en el 32,8% de selectiva.
De hecho, el reto de Catalunya es el reto de las grandes ciudades catalanas. La mayoría de ellas parecen haber tocado techo en materia de separación en casa. "Es un problema de país, no solo vallesano", apuntaba el vicepresidente del Consorci de Residus del Vallès Occidental, el egerense Marc Armengol. "Desde la Generalitat se deberían hacer campañas más duras que transmitan el mensaje claro de que no alcanzamos los objetivos europeos".
El estancamiento de la selectiva tiene también una lectura económica, porque no separar los residuos acaba repercutiendo en el bolsillo del contribuyente.
El cartón, el vidrio, el plástico y la orgánica que van al contenedor adecuado generan ingresos al regresar a la cadena de producción. Los residuos que no se separan en casa y acaban en el contenedor verde van al Centre de Tractament de Residus del Vallès Occidental (CTRVO), donde los municipios pagan por cada tonelada que envían. Además, la Generalitat penaliza a los municipios que no reciclan con un canon sobre cada tonelada de la fracción resto. Ambos costes acaban repercutiendo en las tasas de residuos municipales.
Por lo que respecta a la generación, las cifras confirman la tónica de incremento de los últimos años. El Vallès Occidental supera ya las 3.704 toneladas de residuos anuales, el equivalente a 1,34 kilos de basura por habitante y día. La ecuación preocupa a los gestores de las políticas de residuos, ya que el mayor volumen de residuos no se corresponde con un aumento de la recogida selectiva. Generamos más y separamos menos.
En Terrassa, el año pasado se generaron 78,5 toneladas de residuos municipales, casi 3 toneladas más que en 2017. La cifra está lejos de las 88 toneladas anuales que producía la ciudad en 2008, el año en que arrancó la crisis. Entonces, los terrassenses generaban una media 1,17 kilos de residuos al día.
Actualmente la bolsa de basura roza el kilo (0,99 k) y lleva así desde hace un lustro. El incremento moderado del consumo y la conciencia de la importancia de reutilizar han contenido el avance de la generación de residuos.