Final feliz. El conflicto generado por la situación de la terraza de un bar del Vapor Ventalló y una escultura se ha solucionado aunque han sido precisas la recogida de más de mil firmas y una reunión con representantes del Ayuntamiento para zanjar la situación. El acuerdo existía y durante la jornada de ayer se materializó, no sin un arduo trabajo. Más del esperado. Al final, el cuarto elemento del conjunto escultórico “Família Vapor”, se ha movido un par de metros, para situarse bajo el espacio porticado y liberando de este modo todo el espacio destinado a terraza del bar Café Dolç. “Estamos muy contentas, porque después de nuestras movilizaciones y de la reunión con el concejal Manuel Giménez, se ha cumplido con lo acordado y esta mañana -por ayer- ha empezado el traslado”, afirmaba Carme Pérez, que junto a su hermana Nani es copropietaria de este establecimiento.
Desde principios de mayo, Café Dolç inició su resistencia al traslado de la terraza al aire libre que tiene frente a su establecimiento. La petición del cambio de ubicación era del Ayuntamiento aduciendo que la terraza incorporaba, no de forma expresa, una de las cuatro esculturas que llevan por título “Família Vapor” y que la debían aislar del recinto. Este grupo escultórico fue diseñado por el artista Xavier Corberó (Barcelona, 1935-2017) y se inauguró en 2002. Las otras tres del conjunto están juntas y unos metros más allá.
Quejas
Família del artista se había quejado al Ayuntamiento de la ubicación de la figura, en el centro de una terraza de bar, rodeada de mesas. Se había solicitado al establecimiento mover hacía el final de la plaza, junto a la calle de La Rasa, la nueva terraza, pero desde Café Dolç se consideraba que existía un perjuicio. Así se inició la recogida de firmas. A mediados de mayo se produjo la reunión con el teniente de alcalde del área de Desarrollo Económico, Industria y Empleo, Manuel Giménez. “La reunión fue bien y nos dijo que podíamos encontrar una solución. Que después de Festa Major se realizaría una actuación y así ha sido”, apuntaba Carme Pérez.
Ayer por la mañana, con una puntualidad británica. “Nos avisaron de que vendrían a las ocho y así ha sido”, subrayaba la copropietaria de Café Dolç, empezaron los trabajos. La operación no ha sido nada sencilla. Un total de cinco operarios de la brigada de obras municipal han participado en este traslado. Como detallaba uno de los responsables del movimiento de la obra “el principal problema es que no existía constancia de cómo estaba anclada la obra escultórica al suelo de la plaza”. La enorme roca, de unas cuatro toneladas de peso, contaba con un triple anclaje que los operarios del Ayuntamiento han tenido que descubrir sobre la marcha.
Toda la jornada
La complejidad para poder recorrer un par de metros ha sido realmente importante. Desde su enclave original se ha movido hacia el interior porticado y ha sido preciso un toro mecánico especial, alquilado para la ocasión. “Tenemos que ser muy precisos en la operación, porque, además, con el enorme peso, cualquier movimiento es muy complicado y puede afectar a la escultura”, apuntaba uno de los encargados. La operación se ha prolongado durante todo el día. Finalmente la “Família Vapor” está más unida y desde Café Dolç celebran recuperar una terraza que no podrán disfrutar mucho: el sábado empiezan vacaciones.
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