El pleno de julio volvió a ser del agua. La ciudad se prepara para un cambio de modelo que culminará el 10 de diciembre de 2018 con la entrada en servicio de la empresa pública Terrassa Cicle de l’Aigua, EPEL y el traspaso de la gestión del servicio de Mina al Ayuntamiento. El proceso hacia la gestión pública está en marcha y el jueves se aprobaron cuatro dictámenes relacionados con el mismo, entre ellos la creación del Observatori de l’Aigua, un órgano participativo que funcionará de manera autónoma y se ocupará de elaborar estudios, informar a la ciudadanía y ejercerá el control público de la nueva empresa del agua.
El pleno aprobó inicialmente el reglamento del Observatori, que el jueves incorporó varias autoenmiendas sobre la composición del plenario -al que se incorporarán dos representantes de los trabajadores-, la renovación de los cargos -que será cuatrienal, y no bianual- y el nombramiento de la presidencia.
El Observatori iniciará su andadura cuando se apruebe definitivamente su reglamento. Se trata de un instrumento pionero cuya labor puede servir de referencia para mejorar la dinámica participativa de los consejos sectoriales.
En el pleno, Ciudadanos cuestionó la necesidad del Observatori si ya existe un consejo de medio ambiente que aborda el tema del agua. Marc Armengol, teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad, recordó que el consejo está saturado y apuntó que el ejemplo del Observatori "lo trasladaremos al resto de consejos".
Coincidiendo con el inicio de la andadura del Observatori la Taula de l’Aigua, impulsora junto a Aigüa és Vida de la gestión pública en Terrassa y del propio observatorio, ha emitido un comunicado en el que celebra como "un hecho histórico" el cambio de modelo hacia la gestión pública y recuerda que el Observatori deberá cumplir una serie de requisitos para que sea "una herramienta útil": la presidencia debe ser autónoma de los partidos, la coordinación debe impulsar un plan de trabajo acordado con el plenario y se debe dotar de un presupuesto "suficiente".
En el Saló de Plens, los grupos que apoyan la gestión pública celebraron que se de un paso más hacia la recuperación del control del servicio por parte de la administración local. El Observatori de l’Aigua es, en palabras de Xavier Matilla, "el elemento clave que da sentido al proceso: la titularidad del servicio es del pleno, el Ayuntamiento es el gestor y la ciudadanía tiene garantizada la participación."
El Consistorio aprobó también el presupuesto de la nueva empresa pública para las dos semanas de 2018 en que iniciará su andadura (las cuentas de 2019 se aprobarán más adelante) y las tarifas para el próximo ejercicio. El recibo del agua volverá a congelarse el año que viene.