Antes, hasta hace muy poco, las batidas de caza supervisadas por la administración eran la herramienta más usada contra la proliferación de jabalíes. En la actualidad, la cinegética "no se contempla como una buena herramienta de gestión de la población de jabalíes", según el Ayuntamiento, "porque desestructura las poblaciones y favorece la reproducción de las hembras jóvenes". Además, en las batidas se moviliza a mucho personal, incluidos los cuerpos de seguridad, se deben cortar carreteras; y los resultados eran muy pobres. En la busca de otras opciones alternativas al sacrificio animal, el Consistorio participa en una prueba piloto de inmunocontracepción, consistente en la captura de ejemplares para administrarles una vacuna.
El proyecto, en el que están inmersos también los municipios de Matadepera, Sant Cugat del Vallès y Vacarisses, y la Diputació, lo lleva a cabo la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Durante los últimos nueve meses del 2017, los encargados de desarrollar la prueba estudiaron a cien animales. Sesenta de ellos fueron tratados con una vacuna contraceptiva que, según el Consistorio, "hizo reducir los niveles de progesterona en las hembras y de testosterona en los machos". El proyecto seguirá adelante en el 2018. La UAB quiere obtener durante este año más muestras que corroboren la efectividad de la vacuna a largo plazo.
Batidas
Eliminar el problema es, sin embargo, imposible. El objetivo es minimizarlo. Así lo dejó claro hace unos meses Ignasi Planas, jefe del servicio de gestión ambiental del Ayuntamiento, en un debate sobre los jabalíes organizado por la Fundació Sant Galderic. Los cerdos salvajes cada vez tienen menos miedo a penetrar en zonas urbanas como Roc Blanc, por ejemplo. O como La Grípia o Can Boada.
La caza es una posibilidad no descartada del todo, aunque las administraciones son reticentes a usarla "porque tiene muchos detractores", apuntan fuentes del servicio municipal de Medio Ambiente. Las batidas de grandes dimensiones han pasado a un segundo plano en el orden de preferencias, pero aún se llevan a cabo esperas nocturnas bajo petición de dueños de fincas afectadas.