El regreso de Pony Bravo había que cazarlo al vuelo y así ha sido. Puede que su puesta en escena no sea tan arrolladora como en sus inicios, pero sigue siendo una banda igual de original y sugestiva. La gran densidad de su propuesta musical, con referentes variados -que van desde el flamenco a la música western, pasando por el kraut rock, el groove o el rock experimental- le ayudan a elaborar un discurso personal, de gran hondura y que rayaa la genialidad.
La banda sevillana integrada por Daniel Alonso, Darío del Moral, Pablo Peña y Javier Rivera no se prodiga demasiado por los escenarios catalanes, por lo que su concierto en el Espai Vapor (uno de los primeros de una programación de tres días) contó incluso con la asistencia de aficionados de Barcelona, que no quisieron perderse un concierto de gran intensidad que la banda hilvanó a partir de temas antiguos, como “Ninja de fuego”, “Turista ven a Sevilla” o “Eurovegas”, y nuevos; el grupo tiene en preparación un nuevo disco del que ha adelantado, para ir abriendo boca, tres temas.
Clase e inteligencia
Pony Bravo exudaron clase e inteligencia por los cuatro costados, elaborando su directo en base a una colorista manera de entender la música, con progresiones que fueron desarrollándose desde una aparente improvisación, y una indudable energía.
Con el público paulatinamente hipnotizado e indudablemente conquistado, la banda fue construyendo algunos de los momentos álgidos de su concierto, especialmente con temas como “La rave de Dios” (con su épico estribillo “Por un gramo de fe”, que da título a uno de sus álbumes), o con una de sus piezas más originales y emblemáticas, “Mi DNI.” Cuando este tema sonó, ya en el bis, parecía mentira que hubiera pasado más de una hora larga de concierto…
La de Pony Bravo ha sido una visita muy esperada, después de que en 2014 se suspendiera su actuación, en el mismo espacio, a última hora. Desde entonces poco se ha sabido del grupo, por lo que su presencia en este escenario alternativo de Festa Major ha sido más que una buena noticia.
