Se las ingenian todas: si se sabe que usan marcadores de plástico, o gasas, optan por útiles nuevos, buscando piezas aún más difíciles de advertir: algunos avezados ladrones en viviendas utilizan pequeños trozos de papel de aluminio que colocan en puertas para, en una segunda visita, conocer si hay alguien allí o no. Los Mossos d’Esquadra han detenido a dos sospechosos que utilizaban este método. Los descubrió un agente fuera de servicio en Ca n’Aurell.
Los cazaron in fraganti la semana pasada, el 22 de junio. Los dos tipos son georgianos y vecinos de Barcelona, pero habían viajado a Terrassa para hacer de las suyas: supervisar viviendas asaltables, marcarlas y regresar, ellos o unos compinches, para dar el palo.
Los Mossos d’Esquadra habían establecido un dispositivo de vigilancia precisamente para la prevención de robos en casas cuando un agente del mismo cuerpo, libre de servicio, alertó a sus compañeros: le parecía que unos delincuentes estaban robando, o a punto de robar, en una vivienda de Ca n’Aurell. En su celo particular de policía, observó con atención los movimientos de los dos sospechosos y vio que uno de ellos mantenía una actitud vigilante mientras el otro manipulaba la cerradura de un portal. Al momento pasaron a otra finca.
Al control del agente libre de servicio se sumaron con discreción unos compañeros. Varios mossos, pues, siguieron a los ladrones y comprobaron que caminaban sin rumbo fijo hasta que pararon ante un bloque de pisos y empezaron a manipular su acceso.
Los agentes decidieron actuar y se identificaron como tales. Y resolvieron cachear a los dos tipos. Uno llevaba en un bolsillo una libreta pequeña con tapas duras y rayadas, susceptible de ser usada para abrir puertas en las que la llave no había sido echada; es el método del resbalón o de la radiografía. Los sujetos portaban algo más: un trozo de papel de aluminio.
Los mossos llevaron a cabo inspecciones en edificios próximos. Revisaron dos en la calle de Ramon Llull, dos en la calle de Marconi y uno en la de Faraday. En un bloque encontraron seis puertas marcadas con trozos de aluminio en las cerraduras, de forma que si sus moradores entraban, el papel caía; esa era la señal para saber si había alguien en aquel domicilio. Si el papel permanecía allí, la casa seguía vacía y se podía irrumpir en ella.
Los dos individuos, uno de 35 años y el otro de 36, fueron detenidos. No era la pimera vez. El 24 de junio pasaron a disposición judicial y salieron de los Juzgados en libertad con cargos.
En transporte público
Esos imputados y otros implicados en hechos similares acostumbran desplazarse en transporte público, usan marcadores para asegurarse de que entran en pisos con sus moradores fuera y prefieren robar dinero, joyas o artículos electrónicos menudos para acarrear el botín con facilidad, en mochilas. Venden lo robado en tiendas de segunda mano o en el mercado ilícito.
En febrero y marzo del 2017 un operativo de los mossos y la Policía Nacional desembocó en la detención de dieciocho individuos (diecisiete de ellos georgianos) acusados de 46 robos en casas, quince de ellos en Terrassa. Trece personas del mismo origen, de Georgia, habían sido arrestadas en el verano del 2016. Formaban parte de una banda que llegaba a marcar cincuenta pisos al día. El 13 de marzo pasado los mossos detuvieron en un control preventivo junto a la estación de Nacions Unides a tres sospechosos, también georgianos. Y esta semana más de cien personas han sido arrestadas en una macrooperación dirigida desde Terrassa.