El equipo UPC ecoRacing da un paso de gigante en su apuesta por la tecnología sostenible, innovadora y competitiva. Los estudiantes de la UPC de Terrassa han construido un bólido monoplaza de competición, el ecoRX, que por primera vez incorpora motor eléctrico en las cuatro ruedas y un chasis de fibra de carbono que reduce en 10 kilos el peso del vehículo.
El equipo ecoRacing presentó ayer su nuevo proyecto en el Auditori del Conservatori Municipal de Música en un acto especial. El proyecto de la UPC cumple 10 años de triunfos, desde que en 2008 un grupo de estudiantes "pioneros y emprendedores empezaron esta aventura de los monoplazas de competición llena de éxitos", comentaba ayer David González, subdirector de proyectos de estudiantes de la ESEIAAT.
El ecoRX competirá en la Formula Student de España el próximo agosto en Montmeló y en 2019 lo hará a nivel internacional. El equipo que ha diseñado y fabricado el monoplaza, formado por 30 estudiantes de la UPC de distintas disciplinas, aspira ahora a completar el palmares de premios durante 10 años de ecoRacing y a hacerlo con un proyecto que incorpora numerosas novedades técnicas.
La más importante es la tracción total a las cuatro ruedas mediante cuatro motores eléctricos que suman una potencia de 187 cv. Cada equipo actúa de manera independiente, apoyado por un sistema eléctrico, el "torque vectoring", que controla la potencia que se entrega a cada rueda. "El motor por rueda permite gestionar la potencia en cada momento en el paso por curva y en aceleración", explica Arnau Sabatés, director de marketing de UPC ecoRacing.
El monoplaza cuenta con un casco de fibra de carbono que sustituye al anterior tubular de acero. el nuevo material "otorga mayor rigidez al coche y más eficacia en las curvas". Además, el nuevo vehículo de competición incorpora llantas híbridas de fibra de carbono y aluminio, así como un equipo aerodinámico con alerón posterior de tres elementos con sistema DRS, capaz de reducir la resistencia del vehículo en recta en un 30 por ciento. A 100 km/h, el coche generaría tal fuerza que podría volcar por completo y circular sobre el techo.
Voluntad y sacrificio
"Queremos asegurar bien el funcionamiento del monoplaza y prepararnos para la competición internacional", comentaba ayer Carol Planells, miembro de la vertiente eléctrica del equipo ecoRacing. Los integrantes del proyecto no ocultaban ayer su emoción al presentar el resultado de muchos meses de trabajo. "Requiere una voluntad y un sacrificio muy grande", comentó la estudiante. "Tanto esfuerzo, tantas horas, es indescriptible -confesaba Arnau Sabatés. Esto es sin duda lo más grande que me ha pasado en la vida".
En el ecoRX, como en el resto de monoplazas de competición del equipo UPC, los estudiantes han diseñado la mayoría de elementos del vehículo, negociado con los spónsors -han aportado los 300 mil euros que ha costado el prototipo-, con los fabricantes y han construido íntegramente el monoplaza. El profesor David González recordó ayer que UPC ecoRacing es, más que un trabajo académico, una experiencia profesional que abre las puertas de la industria a los estudiantes. El equipo tiene un 100 por cien de inserción laboral y "en el sector que deseen".