Las asociaciones de madres y padres de alumnos (Ampas) de centros de alta complejidad solicitan al departamento de Ensenyament que blinde la matrícula viva con el objetivo de que las aulas de estos centros se mantengan estables como signo de calidad.
Esta es una de las medidas prioritarias del decálogo que presentaron ayer miembros de este sector en la Masia Freixa y que contó con la presencia de Pamela Navarrete, del Ampa de la Escola Agustí Bartra y miembro de la comisión de centros de alta complejidad de la Federació d’ Associacions de Pares d’Alumnes (Fapac), junto a Xènia Amorós, vicepresidenta de esta entidad y Àlex Castillo, vocal de igualdad de oportunidades de la misma.
El documento reúne diez propuestas para combatir y revertir la segregación escolar. Además de cerrar la matrícula viva, las Ampas proponen universalizar el sistema educativo tanto en horario como en actividades extraescolares o de ocio; incrementar la dotación de recursos humanos en los centros de máxima complejidad y rebajar la ratio a veinte alumnos por aula; y aplicar una reserva efectiva de plazas para alumnos de necesidades educativas especiales.
Asimismo proponen elaborar instrucciones de buenas prácticas para las comisiones de garantías de admisión; eliminar las diferencias horarias entre centros educativos; crear programas de apoyo para dinamizar las asociaciones de familias; revisar el decreto de admisión para una escolarización más equitativa; reserva de plazas en la universidad para alumnos que proceden de estos centros y, por último, introducir en el currículo la educación multicultural y antirracista.
Los representantes subrayaron que su propuestas van encaminadas a "reducir al máximo el número de centros etiquetados como máxima complejidad y dotar de más recursos a aquellos que, por segregación urbana, pueden concentrar alumnos más vulnerables".
En este sentido, la vicepresidenta de la Fapac, Xènia Amorós, reiteró que "es necesario actuar porque los estudios demuestran que la segregación es un factor de desigualdad y hay denuncias sistemáticas sobre esta lacra".
A peor
Al respecto se remitió a que actualmente, hay 330 escuelas e institutos en Catalunya (18 en Terrassa) declarados de alta complejidad, los cuales acogen a unos doscientos mil alumnos de entre 3 y 16 años. Con ello quiso evidenciar que no se tomaron medidas en su día. "Hace diez años que el Síndic de Greuges de Catalunya ya publicó un informe y a día de hoy, la situación no sólo se ha cronificado sino que ha empeorado". De ahí que un grupo de Ampas formaran una comisión dentro de la Fapac y se pusieran a trabajar para mejorar la situación. También está previsto que las Ampas de Terrassa se organicen para abordar el tema.
Pamela Navarrete, del Ampa de la Escola Agustí Bartra, incidió sobre ello y significó que Terrassa encabeza el municipio donde hay más segregación escolar. "Nos preocupa que no se haya puesto en marcha ninguna medida favorable para cambiar la radiografía", dijo. También compartió su inquietud sobre las consecuencias que puede causar esta segregación. En su opinión "dinamita la igualdad de oportunidades, hace peligrar la convivencia y condena a los niños a la inclusión social". Los representantes manifestaron ser conscientes de que el fenómeno de la segregación es muy complejo y que no hay una solución única.
Sin embargo, están convencidos de que hay medidas de aplicación inmediata. "Hay algunas propuestas, como blindar la matrícula viva, que son gratis. Otras, como la reducción de ratio, puede tener un coste y otras, como financiar actividades extraescolares o de ocio", son muy caras, citó Àlex Castillo, de Fapac. Para todos ellos, "es necesario actuar y el departamento de Ensenyament, en este caso debe cambiar las dinámicas y dar respuesta", concluyó Castillo.
