Con el paso de los años, Núria Jaouen se ha ido consolidando como una de las creadoras e intérpretes más sólidas del panorama musical de nuestra ciudad. Ha participado en varios proyectos locales pero la de Gipsy Nur Project es, sin duda, su aventura más personal.
La etiqueta “gipsy” del nombre de su grupo da alguna pista de hacia donde camina su propuesta, pero no la describe por entero. El adjetivo se refiere al importante peso del jazz manouche en algunas de sus canciones, especialmente en los solos de una guitarra que cabalga a lomos de esos ritmos trepidantes. Pero el trabajo de esta cantautora de origen francés (de padre francés y madre catalana) se desarrolla específicamente en el ámbito de la canción de autor, y más concretamente en el de la canción de autor francesa influida por los clásicos.
Versiones de calado
“Ni Oui Ni Non” de Zaz, “La foule” o “La vie en rose”, de Edith Piaf, “Je me suis fait tout petit”, de Georges Brassens, o “C’est si bon”, de Yves Montand se suman, entre otras versiones de calado, al catálogo de composiciones propias -algunas de ellas totalmente nuevas, presentadas en primicia a piano solo- en las que Núria Jaouen deja ir toda su savia compositiva y sus talento como letrista (es una declarada poetisa. )
Casi todos sus temas son en francés, salvo alguna excepción, en catalán, con letras que permiten adentrarse en un surrealismo muy cercano a los universos de Boris Vian -como en el tema “Un moustique dans un bar”- o con la cálida melancolía de la melodía de “Treize ans.”
Todo ello se plasmó en Bau House el sábado, en un primaveral atardecer, en un formato a trío en el que no faltó uno de sus colaboradores habituales, el contrabajista Joan Humet, y se incorporó Pep Salvadó (con quien la artista comenzó a coincidir en “jam sessions” de jazz manouche en Barcelona.)
Núria Jaouen alternó hacia el final de su concierto el teclado con la melódica, acentuando su vocación de artista inquieta, a la busca de nuevos matices para una propuesta muy evocadora y muy europea, que mira hacia el interior pero en la que también convergen ritmos con los que hemos crecido y, que en general, nos son familiares a varias generaciones.
Pero por encima de todo lo que más brilló fue su voz, enclavada en el territorio de los sentimientos, una voz gruesa que en ocasiones es capaz de aliarla con la ola de nueva canción francesa que en las últimas dos décadas ha estado agitando el panorama musical del país vecino.
El ensamblaje del trío tiene mucho que ver con el trabajo de dirección musical que también ejerce la líder del grupo, dando vía libre a las improvisaciones jazzísticas, lo que incorpora mayor frescura a su puesta en escena.
El sábado además se conmemoraba el tercer aniversario de una formación que tiene en su haber un disco titulado “Rencontres” que incluye muchas de las composiciones de las que el público pudo disfrutar en el concierto. La banda se rodeó de amigos, familiares y alumnos de Núria Jaouen, y también de nuevos espectadores que descubrieron una de las propuestas más interesantes surgidas en nuestra ciudad.