El curso lectivo que llega a su final tiene a partir de hoy y hasta el jueves una cita ineludible para miles de alumnos de posbligatoria (la mayoría de bachillerato) que quieren estudiar una carrera superior. Empiezan las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), más conocidas como selectividad, que arrancarán como es tradicional con los exámenes de lengua castellana y literatura, lengua catalana y literatura y asignaturas de modalidad.
Un total de 649 alumnos de centros de Terrassa se han inscrito a las PAU y realizarán las pruebas en el campus de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) en Bellaterra. La mayoría de ellos estarán en las aulas de la facultad de Filosofía y Letras pero también habrá estudiantes en las facultades de Ciencias de la Comunicación, Derecho, Economía, Traducción e Interpretación y Psicología.
Los aspirantes tienen que someterse a tres días de evaluaciones, en las que hay una fase general con cinco materias: lengua catalana y literatura, lengua castellana y literatura, lengua extranjera, historia y una materia comuna de opción a elegir entre latín, matemáticas, matemáticas aplicadas a las ciencias sociales y fundamentos de las artes. Asimismo puede hacer una fase específica para subir nota de cualquiera de las materias de modalidad de bachillerato, tres como máximo aunque sólo cuenta la nota de los dos mejores ejercicios.
Esta segunda es importante para muchos aspirantes que quieren entrar en la carrera deseada. Porque desde hace tiempo, el problema ya no es tanto ingresar en la universidad sino estudiar lo que se desea en primera opción y, por tanto, esto está condicionado a la capacidad de plazas y a la demanda y esta última se mide por la nota de acceso, cuyo peso la tiene la nota media de bachillerato (sesenta por ciento) y PAU (cuarenta por ciento).
En la selectividad de este año hay alguna novedad. La materia de historia de la filosofía entra en la fase específica y será ponderable para el acceso a los grados de las ramas de Artes y humanidades y Ciencias Sociales y jurídcas. También hay un cambio en las ponderaciones para cursar Arquitectura. Asimismo, todos los grados tendrán que reservar una plaza para estudiantes del colectivo gitano.
Tras los exámenes, los alumnos podrán relajarse hasta el día 27 de junio en el que ya podrán consultar el resultados vía internet accediendo con sus datos al portal de Universidades. Los alumnos con una nota igual o superior a 9 en la fase general de las PAU recibirán, asimismo, el reconocimiento de la Generalitat por su esfuerzo y talento académico.
Recta final
Hasta el día de hoy han sido también miles de estudiantes que han apurado las úlitmas horas para revisar apuntes. Muchos de estos alumnos han aprovechado para preparar sus exámenes en espacios municipales, como la Biblioteca Central de Terrassa (BCT), que en la última semana ha ido incrementado su afluencia de visitantes de forma gradual pasando de 1.700 a dos mil usuarios en un día laborable, mientras que el sábado, con la apertura hasta medianoche, se han llegado a registrar hasta 1.300 personas. Cifras de récord que serían más altas, seguramente, si el Ayuntamiento se planteara abrir el domingo puesto que, lo habitual, es que cuando se abre un servicio público siempre genere más demanda de la que puede absorber. La BCT atribuye buena parte de este gran número de estudiantes a los que se preparan para la selectividad de esta semana. Afortunadamente, los alumnos se reparten a lo largo del día y noche pero a las diez de la mañana del pasado jueves ya había un goteo de entradas continuo. Entre las primeras que tomaron puesto en la BCT estaban Queralt Viñolas y Marina Díaz, del Institut Montserrat Roig, y Patricia Pastor, del Institut Terrassa. Queralt contó que acudía a la BCT desde hacía una semana y que dedicaba un promedio de cinco o seis horas al día. “Las horas de estudio están destinadas esencialmente a las matemáticas, que es la materia que llevo peor, si lo comparo con otras como catalán y castellano que están bastante controladas”. Marina, del mismo instituto, explicó también que está haciendo un “spring” final. “Cuando acabamos las clases de bachillerato en mayo me puse a repasar pero luego tuve los exámenes del Conservatori Municipal de Música”. Marina señaló que “estoy animada porque la mayoría de materias las llevo bien, salvo historia que es donde hay más temario”.
Replantear el modelo
Más relajada estaba Patrícia, del INS Terrassa. “Es mi segunda selectividad por lo que ya se de qué va. La primera fue el año pasado y no logré la nota suficiente para entrar a Psicología. Así que decidí tomarme un año de respiro y me fui a Londres. Acabo de regresar. Allí, que tengo mi padre, conseguí trabajo en una tienda de ropa y he aprendido el inglés. Ha sido una gran experiencia. He hecho mi Erasmus particular antes de tiempo”.
Patrícia recuperó en Londres el temario de biología que, contrariamente, es una materia que ayuda a subir nota si se quiere entrar en Psicología. “Me he esforzado; seguro que entraré”, dice convencida.
Las tres consideran que el modelo de las PAU debería replantearse aunque defienden que debe haber algún sistema que sea universal. Queralt sostiene que si eres una persona constante y responsable no temes las PAU. Pero es cierto que es un tipo de convocatoria de exámenes que generan inquietud por los factores que la envuelven y te puede jugar una mala pasada. Yo sería más partidaria de hacer un cómputo de notas según el expediente académico y examinarse de asignaturas concretas según la carrera. Creo que eso minimizaría los nervios”. Marina, también del INS Montserrat Roig, se manifestó en la misma línea. “PAU o algo diferente Está claro que debe haber una prueba justa y equitativa pero quizás no es necesario tantos exámenes y tres días”. Patricia corrobora las opiniones de Queralt y Marina.
Las tres, como otros centenares de terrassenses, se han desplazado hoy a primera hora al campus de la UAB. Y las tres afrontaran unos exámenes para hacer su carrera soñada. Queralt quiere estudiar Educación Social, Marina Educación Infantil y Primaria y Patrícia Psicología. las tres coinciden que es por vocación. “Son cuatro años por delante de estudio y formación. ¿Quién sabe si habrá trabajo de lo nuestro? Como no se sabe, lo mejor es estudiar lo que quieres”, dijo Patricia.