Terrassa

Hallazgo medieval en la calle de los Gavatxons

En la calle de los Gavatxons, número 19, hay un inmueble modernista que toma el nombre de la Casa Higini Roca y que se debe al insigne arquitecto Lluís Muncunill Parellada. Este inmueble ha sido conocido durante muchos años como Joieria Baró, por la actividad comercial que realizaba y también por la familia del mismo nombre propietaria del establecimiento y de la finca.

El pasado mes de enero, el edificio, que data de 1907, cambió de propiedad y el nuevo titular empezó los trámites para llevar a cabo las reformas. En esta caso no sólo había que gestionar un proyecto y una licencia de obra sino más informes debido a que el inmueble está catalogado y se halla en el perímetro de la zona de la Villa Medieval de Terrassa.

Tras la conformidad del Ayuntamiento, la empresa Construccions Sellarés de Rellinars entró en el espacio para acometer la rehabilitación y en sus tareas localizó la cara interna de una torre de la muralla de la antigua Ègara que data del siglo XIII. La sorpresa ha sido grata. "Arqueólogos y técnicos ya nos pusieron en alerta sobre el terreno -cuenta Marc Sellarés, de la empresa constructora- por lo que fuimos con mucho cuidado en la zona donde se intuía que saldría a la luz este tramo de pared de una torre medieval".

Gemma Garcia, arqueóloga, contratada por la nueva propiedad de la Casa Higini Roca, pone en valor el redescubrimiento. "El hallazgo corresponde a la pared interior de la torre descubierta en la década de los 80 (1980-1985) en el solar número 15 y 17 de la citada calle. Esta torre es la única que se conserva de la Villa Medieval Terrassa. Las investigaciones realizadas al respecto sabemos que era de planta cuadrada y que fue construida con piedras de forma irregular dispuestas en ángulo. También determinamos entonces que debía tener unos diez metros de altura y forma cantonera ya que en este punto la muralla giraba hacia el Raval de Montserrat".

Garcia destaca también de esta torre el descubrimiento de una ventana que por su parte exterior es muy estrecha y por su parte interior es mucho más amplia. "Esta apertura fue cubierta en épocas posteriores cuando la torre y la muralla dejaron de tener su función defensiva". Y con el hallazgo se han abierto más pistas para regresar al pasado. "Durante los trabajos de reforma del inmueble sólo hemos podido documentar la zona afectada por las obras que se sitúan en la planta baja pero es casi seguro que la pared interna de esta torre tenga continuidad en los tres pisos superiores". Y no solo hay este aspecto por indagar. "No descartamos que en el patio aparezca algún tramo de muralla", presiente la arqueóloga. Toda la operación urbanística ha permitido constatar un aspecto curioso y es que la torre se reaprovechó como vivienda. Este aspecto lo ha podido comprobar "in situ" el propio constructor Marc Sellarés, quien observó, a través de las obras que ejecuta, que la pared de la torre en la planta baja que se ha puesto al descubierto tiene una réplica -como un espejo- enfrente. Todo ello constata pues las tesis del arqueólogo Antoni Moro que defendió en el artículo "La configuración Urbana de la Vila del Palau de Terrassa" publicado en la revista de historia Terme del número 21. En el mismo, Moro sostiene que, después del derribo de la muralla hacia el siglo XV, el cubrimiento del foso y la reparcelación de los terrenos para edificar, esta torre (la única que sobrevive en parte) se reutilizó como vivienda de planta baja y dos pisos, con una puerta y dos ventanas tapiadas.

Fragmentos visibles
Lo más valorado es que este uso residencial de la torre ha permanecido durante siglos hasta nuestros días. La intervención más documentada que existe sobre la casa, protegida por la torre, es la que realizó el arquitecto Muncunill en 1907 puesto que figura en el patrimonio de bienes de interés histórico y cultural. Todo indica que el arquitecto modernista cuando aceptó el encargo de Higini Roca respetó esta habitación con las paredes interiores de la torre y resituó de nuevo una cocina, aunque incorporando nuevos materiales y estilos de su época tal como se apreciaba en el pavimento que cubre el suelo.

En todo el proyecto de reforma, la nueva propiedad, que quiere permanecer en el anonimato, ha colaborado desde el primer momento con el Ayuntamiento y sus técnicos municipales. Asimismo ha expresado su intención de dejar visible estas secciones de pared de la torre y, seguramente, señalizarlas para que quede constancia.

Fuentes consultadas han explicado que su intención es rehabilitar la planta baja y ponerla en alquiler para actividad comercial, por lo que los futuros trabajadores y clientes podrán disfrutar del hallazgo.

No será el único establecimiento privado de carácter público que cuenta con pequeñas joyas antiguas. Domènec Ferran director del Museu de Terrassa, ha recordado que Movistar, en la calle Cremat, exhibe un arco ciego con piedras de forma caprichosa que correspondería a finales de la Terrassa Medieval. También el edificio del Forn de Cabrianes, en el Raval, acoge un fragmento de la antigua muralla de un periodo más tardío. El hallazgo más reciente es en un comercio en la Plaça Vella, en obras, donde ha aparecido un tramo de muro con sillares tallados.

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