La doctora Anna Veiga fue la protagonista ayer de la jornada "Genètica: del Laboratori a la Pràctica Clínica", con la que Catlab celebró junto a la comunidad científica sus primeros diez años de historia. La bióloga catalana, madre de la primera niña probeta en 1984, explicó el momento en que se encuentra la investigación en el ámbito de las células madre pluripotentes inducidas (IPS), capaces de generar todo tipo de tejidos.
"Es una técnica que evoluciona a una velocidad rapidísima -explicó-, en la que ya se hacen ensayos clínicos con resultados realmente muy esperanzadores".
Los especialistas, dijo, "estamos obligados a ser prudentes, pero podemos afirmar que las IPS podrán aportar solución a enfermedades degenerativas que hoy no tienen cura", como el parkinson o el alzehimer, y serán claves en el abordaje de otras muchas patologías como el infarto, las enfermedades de la retina o la medicina reproductiva. Veiga aventuró que "en un plazo de unos dos años" se pueden tener los primeros tratamientos.
En la jornada científica de Catlabse habló también de asesoramiento genético y de epigenética de la salud y de la medicina. La doctora Clara Serra, asesora genética de la Unitat de Genètica Clínica i Biologia Molecular del hospital Vall d’Hebron, explicó el papel clave de estos equipos a la hora de informar a la familia de las causas de una patología, conocer los factores hereditarios, los riesgos y como apoyo en la decisión del tratamiento adecuado. En el turno de preguntas quedó clara la importancia del asesoramiento genético también para los profesionales de la salud y la inquietud que les genera la falta de genetistas en Catalunya.
La jornada culminó con la conferencia de Manel Esteller, director del Programa d’Epigenètica i Biologia del Càncer del Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge, sobre "Epigenètica en la Salut i la Malaltia".
La clausura corrió a cargo de Enric Mangas, presidente del consejo de administración del Catlab, y de la alcaldesa de Viladecavalls, Cesca Berenguer.
