El Consell Comarcal del Vallès Occidental alertó este jueves sobre la pobreza infantil y reclamó más ayudas para el comedor escolar que garanticen el coste total del menú y la continuidad a los alumnos becados que pasan a la ESO. La situación, puesta sobre la mesa por el presidente del organismo, Ignasi Giménez, evidencia de nuevo que la grave crisis que nos ha afectado durante años ha dejado familias en la cuneta, bien porque no hallan trabajo o porque este es de poca calidad.
La radiografía que se extrae del informe de Càritas Diocesana Terrassa de 2017 también pone el acento en esta pobreza crónica y hace un llamamiento a todos los agentes (administraciones y empresas) para dar una oportunidad a las familias que lo necesitan con urgencia y puedan reanudar una nueva etapa vital en unas condiciones mínimas. Y, en ese sentido, Càritas reclama perdonar las deudas, implantar una renta mínima garantizada, ofrecer viviendas en alquiler social y pagar sueldos dignos.
Las peticiones no son baladí. Càritas, en su zona de influencia, atendió 12.636 hogares (1.926 en Terrassa), de los que un 48 por ciento vivían con ingresos de entre 300 y 750 euros al mes. Una cuantía económica tan exigua que apenas puede cubrir los gastos de las necesidades básicas. Un 61 por ciento de estas familias, además, arrastran deudas y un 19 por ciento, sobre deuda.
Destacamos este dato económico porque, sin duda, es el que constata el grado de precariedad de las familias que acuden a la entidad. A menos ingresos, mayor vulnerabilidad, pero hay otros aspectos que dan cuenta de una realidad de escasez crónica a veces oculta e invisible y que aumenta. Al respecto el informa explica que de los 12.636 hogares, un 31 por ciento eran nuevos y dos de cada tres ya habían sido atendidos con anterioridad.
Càritas también confirma que los hogares más frágiles son aquellos con niños y en especial los que tienen un solo progenitor. También da cuenta que casi cuatro de estas familias están en situación de inseguridad en relación a su vivienda y que el diez por ciento vive en un lugar ocupado.
La memoria de Càritas también dibuja el perfil sobre las 36.466 personas (5.239 en Terrassa) que pidieron recursos. Se extrae que el usuario mayoritario (55 por ciento de los casos) es el de una mujer adulta extranjera con niños. Cabe remarcar también que un once por ciento de los usuarios se halla en situación ilegal en el país donde reside.
Y a todo ello hay que sumar también la falta de trabajo. El documento de la entidad subraya que el 58 por ciento de los usuarios en edad laboral está en paro, que un once por ciento en edad laboral tiene contrato y que un cuatro por ciento intenta tener algún ingreso a través de actividades en la economía sumergida. Por todo ello, la diócesis de Terrassa denuncia la situación de vulnerabilidad que padecen las personas, de forma especial las que están en situación irregular; así como los bajos salarios, las deudas que siguen siendo un lastre inexorable y las viviendas ocupadas. Frente a ello propone cinco medidas como implantar la renta garantizada de ciudadanía (RGC), políticas que favorezcan la vivienda social, la condonación de la deuda, la ocupación laboral de calidad y los servicios de acogida.
Càritas insta a las administraciones y agentes sociales y económicos a que den más pasos para paliar la situación de muchas familias.
Necesidades básicas
La entidad, titular del informe, expone también la respuesta que da para reducir el impacto del colectivo social que se halla en desigualdad. En este sentido explica que para estas 36.466 personas ofreció y realizó programas de acogida y acompañamiento, de apoyo a la familia y a la infancia y a la vejez así como de ayuda a las necesidades básicas, formación e inclusión social, provisión de vivienda y acciones laborales, con una inversión de 4,6 millones de euros.
El servicio más solicitado (13.776 personas) es el de cobertura de necesidades básicas: ayuda alimentaria, ropa y ayuda económica para gastos de la vivienda y gasto en sanidad. Cabe remarcar que un mismo hogar puede ser atendido por diversos servicios del mismo programa y que han tenido que intensificar las ayudas a las necesidades de los hogares ante las dificultades que tienen las personas para salir de la situación de pobreza. Càritas indica que “hemos superado el momento social de la grave crisis, en que tuvimos que dedicar muchos esfuerzos para cubrir necesidades básicas de muchas familias. En el momento actual -añaden- tenemos que destinar más esfuerzos más allá de cubrir las necesidades básicas para ayudar a las personas a salir de sus situaciones más complejas”.