Una vecina escuchó gritos y estruendo de golpes y salió a la puerta. "No se asuste, señora, pero métase en casa", le dijo un mosso d’esquadra, uno de los muchos que participaron ayer en un operativo antidroga que desmanteló una plantación de marihuana y detuvo a dos personas en una vivienda "ocupada" de la calle de Tarragona, en Sant Pere Nord. Los mossos requisaron unas trescientas matas.
El edificio, de dos plantas (bajos y primer piso), está en el número 22 de la calle de Tarragona, casi en la esquina con la de Roca i Roca. Lo ocupó una familia hace unos tres años. Al poco, ya olía a marihuana en el vecindario. Ya se oían ruidos continuos como de aparatos de aire acondicionado. Ya se apreciaban golpes como si alguien machacase alguna sustancia. Un par de incidentes con la red eléctrica, por sobrecargas, añadieron más elementos de sospecha aunque los incendios eléctricos se produjesen a unos cien metros del edificio.
La asociación de vecinos había hablado con la policía y en el último consejo municipal de seguridad salió el asunto. Algunos vecinos se habían planteado seriamente la posibilidad de marcharse.
Tres furgones de los Mossos d’Esquadra llegaron ayer a la calle de Tarragona. La policía cortó al tráfico el tramo comprendido en la calle de Roca i Roca y la Ample. Los agentes, pertrechados con arietes metálicos, irrumpieron en el edificio del número 22.
Dentro había dos personas, un hombre y una mujer. Al parecer, la pareja, de origen dominicano, llevaba unos meses en el inmueble, una vez se marcharon los primeros ocupantes. A las 10.45 dio inicio el recuento de las plantas y su decomiso. Las matas, la mayoría de grandes dimensiones, eran cultivados en un sótano dotado de los sistemas propios para la explotación.
Dos técnicos de una compañía eléctrica inspeccionaban la instalación, pinchada, mientras los mossos revisaban el interior del edificio. Se les vio también en la terraza de un inmueble colindante, el que hace esquina con la della de Roca i Roca, "ocupado" también.
El tufo a maría invadió la calle cuando los mossos principiaron a mover el cáñamo para introducirlo en grandes sacos azules y llevárselo. "¡Qué pestazo a marihuana!", soltó un limpiador al pasar por el cruce para recoger residuos en la calle de Roca i Roca. Una investigadora hablaba con vecinos y un compañero suyo sacó de la casa cubos llenos de fluorescentes.
"Aquí mismo, un poco más abajo, hay un secadero de maría", contaba un testigo al tiempo que los mossos acarreaban sacos repletos de hierba y los metían en los furgones. A las 12.05, un hombre custodiado por agentes salía de la casa y entraba en un coche patrulla. Tres minutos después ocurría lo mismo con una mujer. El operativo quedó finiquitado a las 12.15.