La Fundació Antiga Caixa Terrassa (Fact), heredera de la Obra Social y Cultural de la desaparecida caja local ahorros, ha conseguido equilibrar sus presupuestos, obteniendo un "cash flow" (flujo de caja) positivo en 2017, y además ha mantenido y mejorado la actividad de las fundaciones que gestiona: Fupar, La Llar Terrassa y el Centre Cultural. El objetivo para los próximos años es obtener un resultado neto también positivo. Ignasi Cusidó y Josep Ribera, presidente y director, respectivamente, de la Fact, presentaron ayer la memoria de esta entidad desde su creación, en el año 2013. Durante este periodo, la entidad ha extraído rendimiento a su patrimonio y ha adaptado los edificios de las fundaciones para las próximas generaciones.
Se trata de un balance excepcional, si se tiene en cuenta que la Fact se hizo cargo de la Obra Social y Cultural en 2013 pero ya sin el soporte económico de la desaparecida Caixa Terrassa (CT), que fusionada en Unnim pasó a manos del BBVA. "No era tarea fácil continuar con estas actividades que habitualmente generaban déficit, que era cubierto por Caixa Terrassa", comentó Ignasi Cusidó, que señaló que se ha aplicado una política de reducción de costes, de autofinanciación de las actividades y de patrocinio que ha conllevado una mejora de la gestión. "En ningún momento por miedo hemos dejado de hacer cosas ya sean culturales o sociales. Las personas que están al frente han confiado plenamente en la estrategia, como el BBVA, que como sponsor se ha identificado plenamente con nosotros", añadió este empresario terrassense.
Asegurar el futuro
Para Cusidó era esencial el equilibrio en los presupuestos, ya conseguido, porque se trataba de la única manera de asegurar el futuro de las fundaciones. "Si hubiésemos mantenido una situación continuada de déficit, tarde o temprano hubiéramos agotado los recursos y nos hubiésemos encontrado ante un futuro muy incierto", añadió Cusido, que hizo un llamamiento a la ciudad para que toda esta obra social y cultural se la sienta suya.
En el Centre Cultural se ha mejorado año tras año la programación y se ha consolidado una temporada estable de danza que es "referencia" en todo el país. Asimismo, se ha ido incrementado la media de asistencia, hasta el 90% de ocupación el último año, y la satisfacción de los usuarios (9,96 sobre 10). Las ventas de entradas crecieron un 45% en 2017. Durante este periodo 2013-2017 se han adaptado todos los espacios para tener un mejor aprovechamiento y rendimiento del edificio; son un ejemplo la nueva cafetería restaurante El Cultural, la nueva "boutique" de Teixidors, la sala de exposiciones La Galeria, el nuevo espacio de ensayos para compañías de danza o las nuevas oficinas. También se adaptado el equipamiento a las normas de eficiencia energética. El Centre Cultural tuvo un presupuesto de 1,53 millones de euros en 2017, de los que 825 mil procedieron de la propia actividad. El BBVA, mecenas de honor, aportó 280 mil euros, y el resto llegó del Ayuntamiento y Generalitat (71 mil euros) y entidades jurídicas (privadas), 30 mil. Josep Ribera explicó que desde el sector público entendido como Generalitat y Estado, ya que el Ayuntamiento se ha "acercado más", las aportaciones son escasas, lo que supone "un agravio comparativo pues no somos una entidad con un banco detrás, sino una entidad sin ánimo de lucro que tiene derecho a recibir subvenciones".
En el ámbito social, mediante Fupar (Fundació President Amat Roumens), la facturación ha aumentado un 56% respecto a 2013 llegando a 4,37 millones en 2017. Esta mejora de la economía de Fupar ha permitido incrementar su plantilla hasta las 492 personas (405 en 2003), sesenta de ellas con discapacidad intelectual. En este ámbito se adquirió, el año pasado, la cooperativa artesana textil Teixidors, que en un futuro se trasladará al edificio del Acondicionamiento. "No era una tarea fácil adaptar la cooperativa y resolver sus deficiencias económicas", explicó Cusidó. Pero Fupar considera que Teixidors, que emplea un método artesanal de telares como en el XIX, es todo un símbolo del pasado textil terrassense y además le ve grandes posibilidades en materia pedagógica. En el ámbito social también se ha incrementado el patrimonio de Fupar con la adquisición de un nuevo edificio en la calle de Provença, que permitirá crecer los servicios de jardinería y limpieza. Asimismo, se ha adaptado una parte de las instalaciones para dar atención a las personas con Trastorno del Espectro Autista. El presupuesto anual de Fupar es de 8,9 millones de euros, de los que 5,4 millones provienen de la actividad propia y 3,1 de la administración. A través de la Llar, la Fact da soporte tercera edad. ‘Nuestra prioridad es mantener y mejorar la calidad en el servicio y la atención a las personas, tanto en el servicio de residencia como en el centro de día", explicó Ribera. El servicio de residencia ha mantenido todas las plazas ocupadas llegando a los 206 residentes en estos cuatro años. También se ha iniciado una reforma integral de las instalaciones, que se remontan al año 1950, con el fin de adaptarlas a las normativas y los criterios de eficiencia energética vigentes.
Además, se ha ampliado el servicio de restauración social con una línea de menús de textura modificada (comida triturada), que también se suministra a otras residencias de todo el país. En este ámbito, se ofrece un servicio de menús a domicilio para los ayuntamientos de Terrassa, Manresa, Vilanova y La Geltrú, Les Franqueses y Cardedeu, así como para particulares de nuestra ciudad. Este nuevo servicio ha hecho aumentar el número de usuarios de La Llar: un total 4.242 en 2013 y 5.097 el 2017. El presupuesto anual de la Llar asciende a 6,2 millones de euros, de los que 5,4 surgen de la propia actividad y 0,8 de la Administración pública.