Uno de los dos carriles de circulación de la calle de Galileu, el derecho, seguía cortado ayer al tráfico al final de la vía. El Ayuntamiento valló el tramo, en la esquina con la carretera de Martorell, después de la caída de partes de una fachada el sábado pasado. Fue esa la primera intervención de los servicios de emergencias por el desprendimiento de cascotes en el mismo sector, Ca n’Aurell. Dos horas después hubo otra actuación, esta en la calle del Pare Llaurador.
Eran las dos de la tarde cuando el 112 advirtió a la Policía Municipal del desplome de parte de una fachada en la intersección de la calle de Galileu con la carretera de Martorell. Dos motoristas de la policía local acudieron a ese cruce. Llegó también una dotación de Bombers de la Generalitat que se aplicó a asegurar la zona para evitar el paso de peatones. Había riesgo.
Los bomberos trabajaron durante 45 minutos en el saneamiento de dos balcones que se encontraban en un grave estado de deterioro, según fuentes del servicio. Y avisaron de la posibilidad cierta de que se produjesen más desprendimientos. El saneamiento no era suficiente.
Vallas
La policía alertó al departamento municipal de Gestión del Espacio Público (GEP) para que instalase vallas con sistema de iluminación a fin de señalizar el tramo afectado. El cuerpo local hizo gestiones para informar al titular del edificio.
No pasaron dos horas del primer aviso cuando llegó el segundo por un motivo similar: se habían desprendido cascotes de una fachada en la calle del Pare Llaurador. A las cuatro de la tarde el 112 comunicó el incidente a la policía. Dos agentes desviaron el tráfico por la Rambla d’Ègara. La circulación quedó interrumpida en la calle del Pare Llaurador mientras una unidad de los bomberos trabajaba en el saneamiento del exterior del edificio. Los efectivos sacaron piezas de hormigón de balcones.
El corte viario duró unos cuarenta minutos, hasta que finalizó el trabajo de la dotación de Bombers.