La burocracia se alía ahora contra el IV Cinturó, después de que el proyecto haya librado una dura batalla de años contra el presupuesto. El Ministerio de Fomento informó ayer a los alcaldes del tramo en obras -Alfredo Vega (Terrassa), Cesca Berenguer (Viladecavalls), Pilar Puimedon (Olesa) y Jesús Naharro (Abrera)- de que un modificado del proyecto ha alterado las previsiones iniciales y amenaza con hacer saltar por los aires el calendario previsto. El tramo Viladecavalls-Olesa debía estar listo en 2019, pero en este momento nadie se atreve a ponerle fecha a la entrada en servicio de la infraestructura.
"Esta es una mala noticia y, a pesar de que nos han explicado la razón del nuevo retraso no es una cuestión económica, si no técnica y procedimental, necesitamos un compromiso firme", afirmó ayer el alcalde Alfredo Vega durante el viaje de regreso de Madrid.
Es el enésimo incidente en más de diez años de obras y los ediles desconfían del Ministerio, al que han pedido que "trabaje con la máxima celeridad y compromiso en el proyecto". Los alcaldes han solicitado una comisión de seguimiento político técnica que se reúna trimestralmente y permita hacer un control exahustivo de la evolución del proyecto. En este sentido, se ha acordado realizar una nueva visita a las obras el próximo mes de septiembre para conocer de primera mano los detalles de la ejecución de la obra.
Frustración
Los alcaldes se reunieron ayer con el director general de Carreteras, Jorge Urrecho, a quien insistieron en "la frustración que supone para la ciudadanía" un nuevo tropiezo en la ejecución del IV Cinturó. "Le hemos insistido en que es una infraestructura necesaria para mejorar la competitividad del territorio y para reducir la contaminación en el eje de la carretera de Martorell", explicaba ayer Vega.
El modificado del IV Cinturó que ahora tramita el Ministerio de Fomento reviste una complejidad sin precedentes en el proyecto. El importe de las obras complementarias supera el 20% del presupuesto, lo que obligará a una larga tramitación. Así lo exige la legislación europea.
El modificado debe pasar varios filtros y contar con autorización expresa del Consejo de Estado. Nadie en Fomento se atrevió ayer a aventurar cuanto tiempo requerirá el proceso que, al tratarse de una modificación del proyecto original, no deberá someterse a nueva licitación.
El modificado incluye una larga lista de obras, entre ellas dos correspondientes a los tramos ya ejecutados (Terrassa-Viladecavalls y Abrera-Olesa) y que quedaron pendientes. Se trata de la sustitución de una torre eléctrica situada junto a la boca de uno de los túneles y dos rotondas. Además, el paquete de obras incluye las calzadas laterales de la C-16, que se acortan, y el enlace con Terrassa-Oest. En este punto, Ayuntamiento y el Ministerio de Fomento cerraron acuerdo hace seis meses sobre el trazado definitivo.
El Ministerio de Fomento emitió ayer un comunicado en el que recordaba que, tras los recortes presupuestarios de mayo de 2010 que paralizaron la obra, la administración central ha invertido más de 72 millones de euros en la infraestructura.