El clima no fue aliado, pero tampoco pudo con la fuerza de la Fira Modernista. Responsables institucionales remarcaron ayer el éxito de la XVI Fira Modernista celebrada el pasado fin de semana, un acontecimiento que este año han visitado más de 40.000 personas y que ayer vivió su epílogo con la entrega de los premios de los concursos de ambientación. El de los bares y restaurante recayó en El Cafè de l’Aula. El de comercios, en la óptica Cottet. El de las calles, como ya era sabido, en la Cremat.
"La Fira Modernista es cada vez más participativa, tanto en agentes implicados como en visitantes", subrayó ayer Amadeu Aguado, teniente de alcalde de Cultura, Innovación y Proyección de la Ciudad, en el acto de entrega, que se celebró en el patio de la Casa Alegre de Sagrera. La meteorología, es cierto, "trastocó" un poco los planes, pero la feria aguantó el embate de la lluvia y su amenaza permanente, pues esta fiesta de retorno al pasado es "lo suficientemente potente y resistente" como para soportar la contingencia climática. "Sólo se suspendieron dos actos de los trescientos organizados", dijo el teniente de alcalde.
La cifra de visitantes menguó un tanto respecto al año anterior, pero es que el listón estaba altísimo. Tanto, que si el espacio de celebración hubiese sido cerrado, se habría impuesto la necesidad de colgar el cartel de "no hay entradas". Aguado destacó el conocimiento de la feria allende los límites municipales. Crece el número de visitantes de otras localidades. El 49 por ciento de los asistentes al acontecimiento eran foráneos. El 43 por ciento de las 4.158 consultas de turismo las realizaron personas de otros sitios. "Hace dieciséis años que celebramos la Fira Modernista, pero parece que haya estado siempre con nosotros. Ya es una referencia en el país", añadió Aguado.
Hacer ciudad
"Pensamos mucho en hacer ciudad. Nos lo pasamos bien organizando la feria", apuntó Xavier Linares, presidente de la asociación comercial Terrassa Centre. Xavier Gómez, presidente del Gremi Empresarial d’Hostaleria de Terrassa i Comarca, habló de la implicaciónes de chefs para crear "menús especiales" para la ocasión. Fue Gómez quien entregó los premios de ambientación a bares y restaurantes. El primero fue para El Cafè de l’Aula. El segundo, para La Torreta. El tercero, para Les Escaletes.
Y a Xavier Linares le correspondió la entrega de las distinciones a los escaparates de comercios. Ganó el de la óptica Cottet. Widex consiguió el segundo premio y Milko & Friends se hizo con el tercero. Se libraron también tres reconocimientos en categoría de accésit: el primero para la farmacia Albiñana, el segundo para Mar Imatge y el tercero, para Diagonal. La calle Cremat ganó el concurso de decoración callejera y la del Camí Fondo obtuvo un accésit. El gremio de hostelería y Terrassa Centre habían organizado los concursos con la colaboración del Ayuntamiento. El año que viene, más, con el cine como protagonista.