El Arxiu Tobella presenta la exposición "Ingredients, fogons i àpats" que comprende 18 fotografías de gran formato y un panel que reproduce anuncios publicitarios gastronómicos aparecidos en la prensa local de la época modernista.Las fotografías datan del período 1910-1923 y la mayoría proceden de los propios fondos del Arxiu, muchas de ellas producto de donaciones. Buena parte son anónimas pero también figuran algunas firmadas por García Argilaga, A. Fabert, Merletti y Emili Crehuet.
En dichas imágenes aparecen comercios de alimentación, confiterías, fondas, posadas, cafés, una fábrica de gaseosas, cenas en salones de lujo e incluso hay una de una celebración particular de la familia Aymerich.
Establecimientos ya desaparecidos como la Posada del Liceo, el hotel Peninsular o la Fonda Europa -inaugurada cuando el ferrocarril llegó a la ciudad-, así como otros que siguen existiendo en la actualidad como el Parc de Desinfecció, el Cercle Egarenc o la Casa Alegre de Sagrera se muestran en todo su esplendor.
El peor anís
En cuanto a los anuncios seleccionados, publicados en diferentes periódicos y almanaques entre 1901 y 1918, destaca por su humor uno del representante en exclusiva de un anís "fabricado con los peores vinos", que "no es tónico, digestivo ni reconstituyente" ni ha sido "premiado en ninguna exposición". Otros redactados más en serio anuncian bares, cafés y comercios variados en los que se pueden adquirir dulces, quesos, productos de granja avícola y otros alimentos de todo tipo.
Como señala Neus Peregrina, la coordinadora de la exposición, en su texto de presentación, la época modernista supuso una renovación importante en el ámbito gastronómico. Se incorporaron nuevos ingredientes, procedentes de las colonias de ultramar, surgió una industria alimenticia muy potente, se inventaron las primeras cocinas de gas y eléctricas, se consolidaron negocios como las pastelerías y los colmados y aparecieron otros nuevos como los de "pesca salada" y "vianda cuita".
Por otra parte, también se incorporaron nuevas técnicas culinarias y los restaurantes más caros y lujosos empezaron a ofrecer recetas de "cocina francesa" a sus clientes de la burguesía, al mismo tiempo que la cocina catalana se enriquecía con nuevos platos -de esa época son los canelones, por ejemplo- que en principio sólo se servían en los establecimientos de primera categoría pero que no tardaron en llegar a las tabernas y cafés populares frecuentados por los obreros y menestrales.
Ornamentación de las mesas
La exposición del Arxiu Tobella no incluye fotografías de las cocinas ya que resultó imposible encontrar ninguna de Terrassa que correspondiera a la época, según cuenta Montse Saludes -que ha realizado el tratamiento de las imágenes-, pero sí refleja el auge de los nuevos negocios relacionados con la comida y la bebida, así como el lujo con el que se servían las cenas de la burguesía. Precisamente, uno de los aspectos más vistosos de la transformación gastronómica que se produjo durante el período modernista fue el de la presentación y ornamentación de las mesas, con la renovación de las elegantes vajillas, cuberterías y cristalerías, así como la del mobiliario de los comedores.
La exposición, que se inauguró el pasado jueves por la tarde, puede visitarse hasta el próximo 20 de mayo.