La asociación cannábica estaba en Sabadell, pero la marihuana suministrada allí, presuntamente, la cultivaban dos terrassenses en una casa del barrio egarense de Sant Pere Sant Pere, presuntamente también. Una de las personas cultivadoras era, además, la presidenta de la asociación. Todos, responsables del club y supuestos cultivadores, cuatro personas en total, están acusados de un delito contra la salud pública, de tráfico de drogas, y la Audiencia Provincial tiene previsto juzgarlos a partir de hoy. A los directivos del club se les atribuye también un delito de asociación ilícita.
El 13 de enero del 2014 se fundó la asociación, radicada en la calle del Pare Fita de Sabadell. La constituyeron otras personas ajenas al proceso penal, pero el 4 de agosto del mismo año se cambió la composición de la junta directiva del club, que recayó en tres personas: una mujer como presidenta y dos hombres como secretario y tesorero, respectivamente.
"Los estatutos de la entidad limitaban su objeto social a actividades culturales inofensivas de información, estudio, investigación, reflexión, representación y defensa de los intereses de los asociados y desarrollo de actividades económicas en torno al uso del cannabis", dice el Ministerio Fiscal en su escrito de acusación. No estaba en los estatutos cualquier otra finalidad de carácter ilícito, tal que el fomento y la difusión del consumo de sustancia estupefaciente alguna, añade la fiscal. Como la intención oficial era inocua, la Direcció General de Dret i d’Entitats Jurídiques de la Generalitat inscribió a la entidad en el registro de asociaciones. Un trámite seguido por clubes de consumidores de maría.
Pero, como es habitual en otros casos similares, en el local de la asociación sabadellense "se produjo la venta indiscriminada de marihuana y hachís" a los consumidores que acudían a diario al lugar a proveerse de la droga, apunta el Ministerio Público.
Los compradores "fueron previamente asociados en cada caso mediante la cumplimentación de un formulario", indica la fiscal. Cada nuevo afiliado era avalado por un socio, la junta directiva aprobada su incorporación y el asociado abonaba unas cuotas.
Los directivos aparentaban "que la forma asociativa amparaba la libre circulación de la droga, ocultando así la realidad del ilícito tráfico", agrega el escrito de la Fiscalía. Cada "socio" (especifica, así, entrecomillado) retiraba cantidades de hasta dos gramos de marihuana y/o hachís por un precio de diez euros.
La entidad tuvo más de 1.500 socios con ese sistema. La acusación sostiene que dos terrassenses, un hombre y una mujer, proveían la droga a la asociación. Y que la mujer era la presidenta de la entidad. Ambos producían presuntamente la sustancia en una casa de la calle Ample, en Sant Pere, sin autorización administrativa para la producción y distribución de la maría.
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía investigaban el asunto. En marzo del 2015, los investigadores comprobaron "la constante afluencia de personas al local" de Sabadell. Y constataron que los socios retiraban la marihuana y abandonaban el sitio, operaciones que efectuaban con sigilo. Pese a esa cautela en las formas, los policías aprehendieron sustancia a individuos que salían del local.
El 16 de marzo, requisaron una bolsa con 0,572 gramos de cogollos a un consumidor. Confiscaron dos gramos de marihuana a otro, y tres bolsas con 2,804 gramos a un tercero. "Todos ellos habían adquirido las sustancias interceptadas en la sede de la asociación", asegura el Ministerio Fiscal.
El 17 de marzo, los agentes identificaron en las inmediaciones del club a un hombre y una mujer. Eran los cultivadores, los egarenses. Ella, además, figuraba como presidenta de la asociación. A él le incautaron "diversa sustancia vegetal" y 30.120 euros. A ella, cien euros en metálico, dos teléfonos móviles y las llaves del establecimiento.
Ese mismo día, el 17 de marzo, una vez obtenida la autorización judicial, la Policía Nacional entró en la casa (planta baja de garaje y dos pisos superiores) donde residía la pareja. El inmueble había sido acondicionado con focos y ventiladores para la plantación.
Los agentes intervinieron documentación de la asociación cannábica, una balanza de precisión, doce plantas de maría con un peso neto de 99 gramos, 5.683 gramos de cogollos de marihuana en recipientes, 175,60 gramos de hachís y 458 gramos de THC (el principio activo del cannabis). Y el mismo día, 17 de marzo, la policía entró en el domicilio social de la asociación. Allí los efectos decomisados fueron documentación, cuatro balanzas de precisión, un ordenador, 1.796 euros "procedentes del tráfico ilegal", 2.841 gramos de maría en cogollos y 115 gramos de hachís. Según el Ministerio Público, el valor de la sustancia aprehendida en la operación policial "se estima en 37.486 euros".
Los delitos
Todos los procesados son culpables de un delito contra la salud pública, dice la fiscal. Y la mujer y los otros dos directivos de la entidad cometieron también, supuestamente, delitos de asociación ilícita. A ella le piden tres años de prisión por el tráfico de drogas y cuatro años por asociación ilícita, habida cuenta de su cargo de presidenta. El Ministerio Público reclama para los otros dos directivos del club de Sabadell tres años por tráfico de drogas y otros tres por ser "miembros activos de la asociación". El cultivador de la plantación se enfrenta a una petición fiscal de tres años de cárcel por el delito contra la salud pública.
Las multas son altas: para ella y sus dos compañeros directivos, de 85.700 euros (74.900 por el tráfico de drogas); para el otro terrassense acusado de proveer la droga, la fiscal solicita el pago de 74.900 euros. Y si el tribunal hace suya la tesis sostenida por la acusación, procederá a la disolución de la asociación y a la cancelación de su inscripción en el registro de la Generalitat.