"El nivel cultural es más bajo allí donde se vota según qué. Debemos preguntarnos qué no hemos hecho bien". Lo dijo Isona Passola el miércoles en una conferencia. Isona Passola es la presidenta de la Acadèmia del Cinema Català. Es directora y productora. No concretó a quiénes se refería, a qué electores, a qué partidos votaban los de menor nivel cultural y los de mayor, pero parecía quedar claro.
La charla, realizada en el Centre Cultural, llevaba por título "Cómo convertir el cine en un motor de dinamización cultural en la ciudad" y lo había organizado ERC-MES. El concejal Pep Forn presentó a Passola como una productora, guionista y directora "comprometida con la cultura como herramienta de transformación" y comprometida "con el país". El edil ya abrió el debate en la presentación al advertir que Terrassa dispone de infraestructuras culturales de primer orden pero los terrassenses de a pie viven de espaldas a esas "infraestructuras de Estado".
Passola habló de la cultura como "el gran reto" antes de subrayar aquello de que "el nivel cultural es más bajo allí donde se vota según qué. Debemos preguntarnos qué no hemos hecho bien". Y es que, según la directora, los gobiernos catalanes no lo han hecho bien en el ámbito cultural, y menos "en el terreno de la normalización". Volvió a referirse al mapa de resultados electorales para preguntar en voz alta "qué hemos hecho en el área metropolitana, en las grandes zonas de la inmigración".
Amigos y compañeros terrassenses a los que pidió información antes de la conferencia coincidieron en un aspecto: en esta ciudad falta cine subtitulado en catalán. Faltan iniciativas como la de los cines Texas en Barcelona, donde se registran colas de espectadores. Y falta, como en otros sitios, conectar con las generaciones más jóvenes, llevar cine europeo a los barrios, representar obras teatrales sencillas con subvenciones públicas. Transportar cultura en catalán a los lugares donde reside "la masa crítica de población con más necesidad de integración cultural". Durante el pujolismo se destinó muy poco dinero a cultura, según Passola.
"En cine prácticamente no hay normalización. Los rodajes en catalán prácticamente no existen. La Generalitat se lo ha gastado todo en doblar cine americano y no en subvencionar a gente que pueda rodar en la lengua propia", declaró la cineasta, convencida de que su sector es la asignatura pendiente de la política cultural en una Catalunya que debe tener clara la consideración de la cultura como verdadero instrumento "de una auténtica cohesión social".
Al salir de clase
La receta propuesta por Passola recoge ingredientes variados para que la cultura penetre en el público infantil y juvenil. Deben pesar más que ahora las Humanidades en los planes de estudio y hay que luchar con el desequilibrio escolar que se manifiesta, sobre todo, al salir de clase: unos alumnos se quedan jugando en la calle y otros, cuyos padres tienen más posibles, disfrutan de actividades formativas extraescolares, tales que "música, dibujo, retórica". Estos segundos "no se pierden culturalmente". Los primeros, sí. "Esa es la desigualdad auténtica, la que se empieza cuando se sale del colegio", afirmó.
La presidenta de la Acadèmia abogó por impartir talleres formativos sobre cine y por atender a las vías por las que llega la cultura a los jóvenes. Y clamó por "forzar al máximo las costuras": por ejemplo, habilitando salas para audiovisuales en las bibliotecas.