El restaurante del tiempo La Trobada, que desde 2013 trabaja la integración social a través de un espacio dónde unos comensales pagan su menú y otros lo hacen colaborando en la cocina, en la limpieza o sirviendo platos, cierra el viernes. El proyecto de la plataforma ALEI ((Associació Local d’Entitats per a la Inclusió de Terrassa) se toma un respiro a la espera de encontrar un local de mayores dimensiones que le permita ampliar la iniciativa.
"No paramos -explica Maria Muñoz, coordinadora de ALEI-. Vamos a reformular el proyecto y durante un tiempo los usuarios realizarán actividades de voluntariado en las entidades que integran Alei".
"La Trobada" ha funcionado durante cinco años en el local de Minyons, en la calle del Teatre. Ahora, "la colla necesita ese espacio y nosotros no hemos encontrado todavía un local alternativo adecuado al proyecto".
La plataforma social lleva meses explorando el parque de edificios de la ciudad buscando un local de dimensiones mayores al actual, con cocina, comedor, accesible, abierto a la ciudad y céntrico. "Tuvimos una alternativa en la Plaça Nova, pero no encajó en el Pla d’Acció Municipal. Esperamos encontrar otro lo antes posible".
En la nueva etapa de "La Trobada", la plataforma de entidades por la inclusión social quiere dar un paso hacia una mayor " visibilidad" de la realidad que acompaña a los procesos de reinserción social y laboral. El proyecto ha apostado siempre por complementar el modelo asistencialista y en su nueva etapa avanzará "desde una óptica comunitaria y de corresponsabilidad social".
La plataforma apela a la necesidad de que el tercer sector sume esfuerzos "junto a la administración local, el sector empresarial y la ciudad en general". Precisamente en su nueva etapa "La Trobada" quiere fortalecer el papel que la ciudadanía juega en la iniciativa, de ahí que la plataforma necesite un local "accesible, abierto y visible".
El viernes el restaurante del tiempo celebrará su última sesión en la calle del Teatre. Será una comida como las habituales, donde los comensales que abonan su menú compartirán comedor con los usuarios del proyecto, que pagarán con su tiempo. Será el último día que ayudarán a preparar el menú del día, servir las mesas y recoger el comedor.
Durante los últimos cinco años, 300 personas han pasado por el proyecto de La Trobada, que arrancó en 2013 como una apuesta original de inserción social. En aquel momento la iniciativa se centraba en los llamados "nuevos pobres", personas que habían perdido trabajo y hogar como consecuencia de la crisis y, a menudo por pudor, permanecían ajenos al circuito asistencial, cuando apenas necesitaban un pequeño apoyo para salir a flote.
"El perfil del usuario ha ido cambiando al ritmo que ha cambiado la situación y la realidad social", apunta Maria Muñoz. "Hoy participan personas en paro de larga duración, familias monoparentales, en definitiva usuarios de distintas procedencias y circunstancias". El objetivo de Alei sigue siendo el mismo, empoderarlos y ayudarles a recuperar un ritmo de vida cada vez más normalizado.
Durante los próximos meses los usuarios volcarán su trabajo como voluntarios en las 27 entidades que integran Alei, una completa red de agentes del tercer sector con amplia experiencia en la ciudad.