El grupo municipal de la CUP propone al Ayuntamiento de Terrassa a que culmine la retirada de los carteles que prohiben jugar a pelota en las plazas y parques de la ciudad. El pleno aprobó por unanimidad la eliminación de las placas en diciembre de 2016, pero aún quedan señales de prohibición en espacios tan emblemáticos y transitados como la Plaça Vella, la plaza de la torre del Palau, la plaza de la Cultura, el Parc de Sant Jordi, el parque de Guernika, la plaza del Tint y entre otros puntos de la vía pública. “¿Queremos que las niñas y niños estén tranquilitos frente a la televisión, dando que está prohibido jugar a pelota o ir en patinetes a muchos parques de la ciudad?”, se pregunta Ander Zurimendi, de la CUP. el grupo municipal apuesta por recuperar “el uso de la calle como elemento de socialización , cohesión social, puente vecinal y de apoyo mutuo”.
El pleno de diciembre de 2016 aprobó la eliminación de los carteles y de las sanciones asociadas. El gobierno traslado a los consejos de distrito, al Consell de l’Adolescència y a la Comissió de Convivència el debate sobre qué placas debían retirarse y cuales no. Muchos de estos órganos no han debatido el tema, explica la CUP, motivo por el cual sólo se han retirado algunos carteles de prohibición, como el de la zona ajardinada de l’Anònima.
Los anticapitalistas recuerdan que la medida es “sencilla y barata” y apelan al gobierno a trasladar el debate a los distritos donde no haya sido debatido y proceder a la retirada de las placas, siempre que no haya un rechazo explícito de los vecinos y se “justifique debidamente” por problemas de ruido u otros.
La CUP pone en marcha la campaña “Barris per ser viscuts” en la que apela al uso de la calle como espacio de convivencia. “Necesitamos una ciudad donde se pueda jugar a pelota por encima de ordenanzas de civismo. Donde se sienten las bases para volver a la vida comunitaria. Donde los residentes vuelvan a frecuentar sus calles y no sean solo zonas dormitorio”.
Zurimendi alerta de la progresiva desaparición de los adolescentes de los juegos en calles y plazas. “Aquellos grupos de niños y niñas pre-adolescentes jugando sin preocupaciones en la calle parece estar en peligro de extinción”. En este sentido, la CUP pide revisar la Ordenanza de Civismo y anular “las políticas anti-ciudadanas”.