El freón es un derivado del metano, no inflamable. Se emplea sobre todo como refrigerante y como propulsor en aerosoles. Y es un gas codiciado: una botella de sesenta kilos cuesta 7.000 euros. A robarlo se dedicaba una banda de ladrones especialistas que los Mossos d’Esquadra consideran desarticulada en un operativo que ha concluido con cuatro detenciones. Dos de los veintisiete robos imputados a los detenidos se cometieron en la ciudad de Terrassa en enero pasado.
Uno lo ejecutaron el 2 de enero en una empresa de la calle del Esla, en el polígono industrial de Santa Margarida. Según la información manejada por los mossos, los asaltantes se llevaron productos del taller de la industria; el botín consistió, sobre todo, en cableado. En total, lo sustraído estaba valorado en unos 1.440 euros.
El segundo acto delictivo fue perpetrado el 19 del mismo mes en una nave de la calle del Nalón, también en el polígono industrial de Santa Margarida. En esta ocasión, los delincuentes se apropiaron de tres motores eléctricos. El valor de cada uno: unos 300 euros.
La investigación la llevaron a cabo agentes de la unidad de investigación de la comisaría de Cornellà de Llobregat. Iniciaron las pesquisas en septiembre del 2017 después de una oleada de robos con fuerza detectada en empresas de la provincia de Barcelona.
Los ladrones se habían especializado en hacerse con bombonas de gas freón, que se usa para neveras, aires acondicionados y equipos de refrigeración de grandes superficies, hoteles y edificios para la recarga de los sistemas. Los mossos recuerdan que es un producto nocivo para el medio ambiente; una normativa europea prevé su progresiva retirada del mercado para sustituirlo por otra sustancia de menor impacto ambiental.
Los robos fueron cometidos en los términos de Terrassa, l’Ametlla del Vallès, Barberà, Barcelona, Cornellà, Sant Boi, Sant Feliu, Molins de Rei, Mollet, Montmeló, Parets, Polinyà, Sabadell, Sant Andreu de la Barca, Santa Perpètua de Mogoda y Viladecans.
Una misma familia
Los investigadores identificaron a miembros de una misma familia que actuaba "como un grupo criminal". Cuatro integrantes del clan fueron detenidos el 4 y el 5 de abril en Barcelona y Cornellà. Son tres hombres y una mujer, todos de nacionalidad española, con edades comprendidas entre los 20 y los 42 años. Están acusados de veintiséis robos con fuerza y de uno con violencia e intimidación: los mossos afirman que los ladrones fueron sorprendidos por un trabajador de una de las empresas asaltadas y lo embistieron en su huida.
Entre todos, suman cincuenta antecedentes por hechos similares. El juzgado instructor los ha dejado en libertad con cargos.
