Terrassa

Entre 8 y 12 años de cárcel para los diez acusados de yihadismo

Está probado que pensaban atentar en Barcelona y que planeaban el secuestro de una persona para, una vez vestida con mono naranja, a la cruel usanza vista varias veces por internet, ejecutarla y grabar y difundir el vídeo. Está probado, para la Audiencia Nacional, que los diez acusados de pertenecer a una célula yihadista radicada en Terrassa eran miembros de una organización terrorista. Los ha condenado a todos. La pena es de doce años de prisión para tres acusados. De ocho años para el resto.

El Consejo General del Poder Judicial informó ayer de la publicación de la sentencia en un comunicado que dejaba clara la procedencia principal del grupo de encausados: Terrassa. "La Audiencia Nacional ha condenado por un delito de integración en organización terrorista a los diez miembros de una célula yihadista de Terrassa desarticulada en la denominada Operación Caronte", principiaba la información sobre la resolución judicial.

La fiscal había solicitado penas más duras, de diez a diecinueve años según los acusados y su grado de participación en los planes terroristas atribuidos. Han pasado tres años desde el desmantelamiento del grupo en una macrooperación de los Mossos d’Esquadra que se centró, sobre todo, en Terrassa. La Fiscalía afirmó que la célula se creó a principios del 2014 y se denominó "Fraternidad islámica. Grupo para la predicación de la yihad". Y que los mossos precipitaron las detenciones "ante la inminencia de una acción yihadista consistente en el secuestro de una persona sobre la que se habían realizado vigilancias y seguimientos". Una vez secuestrada la víctima, querían vestirla de naranja "emulando a los rehenes del Daesh" para grabar su decapitación y divulgar el crimen "a través de los canales de internet como Youtube".

El juicio quedó visto para sentencia a finales de febrero. La sección cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia impone a tres de los acusados penas de doce años de prisión porque cree probado que dirigían el grupo. Los siete restantes participaban en la célula y para ellos la pena es de ocho años.

Primero se formaron en los principios de la yihad violenta, para luego constituir un grupo terrorista "con la única finalidad y motivo de cumplir y servir los postulados señalados por el Daesh, atentos para llevar a cabo en cualquier momento un ataque contra instituciones como la policía, entidades bancarias o intereses judíos asentados en España", dice la sentencia. Los acusados estaban dispuestos también a integrarse en las filas del Daesh, añade.

Empezaron a formar el grupo, al menos, desde el primer trimestre del 2014 en el entorno de la mezquita, según el tribunal.

Los líderes iniciaron una campaña de captación y adoctrinamiento de jóvenes para llevar a cabo una de las dos finalidades pretendidas por la organización: viajar a Siria o Irak para combatir o perpetrar atentados en España. En esa fase "formativa", los líderes del grupo destacaban las recompensas materiales y espirituales del combate en Irak o Siria y predicaban las bondades de la yihad violenta, del aniquilamiento de infieles. Uno de los integrantes del comando viajó a Siria en abril del 2014. En mayo del 2015 perdió la vida. Tres acusados quisieron seguir sus pasos pero fueron detenidos en la frontera entre Bulgaria y Turquía.

Decapitaciones
Tras esas detenciones, uno de los líderes, español converso que trabajaba en una peluquería de Barberà, propuso cometer atentados en territorio nacional, según la sentencia. En una reunión celebrada en febrero del 2015, ese hombre comentó la idea de atentar contra el Parlament y justificó las decapitaciones. Y hablaba de fabricar explosivos caseros. El 14 de marzo, cuatro integrantes de la célula se encontraron en la estación de Sants. Luego pasearon e hicieron fotos a sitios emblemáticos para cometer un atentado y "causar el caos y mucha repercusión", señala el tribunal.

Los mossos tenían a un infiltrado en la célula. Días después de que uno de los dirigentes, el español converso, pusiese en común con sus compañeros la idea del secuesto y la decapitación, los mossos actuaron. Un testigo protegido, el mosso encubierto y los frutos de seguimientos y vigilancias han suministrado el material probatorio.

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