A partir del lunes la Ronda de Ponent recuperará la circulación en los dos sentidos de la marcha. Las obras de consolidación de los taludes de la riera del Palau prácticamente han finalizado, antes del tiempo previsto, y eso permitirá que este eje viario estratégico de la ciudad recupere la normalidad.
Lo hará después de tres años de restricciones. En 2014 se iniciaron los primeros trabajos en la vía, tras detectar un importante deterioro en los taludes en varios tramos de la riera del Palau. Las paredes del trasvase registraban desprendimientos de tierra que ponían en riesgo la circulación en superficie, lo que llevó en 2014 a restringir un carril de circulación a la altura de Can Boada. En ese momento circulaban por la Ronda de Ponent una media de 15 mil vehículos diarios.
Más segura
El lunes se restablecerá el tráfico en los dos sentidos de la marcha en el tramo entre el puente de Abat Marcet y la calle de Orà, a la altura del puente del tren de Rodalies. Los trabajos han permitido reforzar la seguridad de la ronda, asegurar los taludes, deteriorados por el agua y la lluvia, y aumentar la anchura de las aceras. La intervención ha mejorado la ronda, que ha ganado espacio en la superficie y renovado señalización y alumbrado. Junto a los coches, el lunes volverá a circular la línea 4 del bus, que realiza el recorrido de Can Parellada a Ca N’Aurell.
El final de las obras implica "la recuperación para el tráfico rodado de uno de los ejes más importantes de la red viaria, mejorando de esta manera la movilidad", comenta el teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad, Marc Armengol. El concejal recuerda que los trabajos han permitido también "recoser los barrios", mejorando "la conectividad entre Can Boada Casc Antic y Can Boada del Pi, con el acondicionamiento de la pasarela del puente de Can Gonteres". En ese barrio se han llevado a cabo mejoras "de accedibilidad en la urbanización de algunas calles". También se han reforzado los taludes y se ha procedido a la plantación de arbustos que contribuirán a asentar el terreno.
En la vertiente de Can Boada Casc Antic se ha instalado un nuevo sistema de contención y se ha dotado al talud de una geomalla de plantas arbustivas. En el margen Este de la ronda, entre las calles de Sant Ferran y Hernán Cortés, se ha recortado el muro de hormigón que salva el desnivel de ambas calles con la ronda de Ponent y se ha ampliado la acera, que era de apenas un metro.
Durante las restricciones se ha establecido recorrido alternativo por Can Boada del Pí. Al margen de la ruta sugerida, la más utilizada por los conductores ha sido la B-40, el gran eje de conexión entre las autopistas C-58 y C-16 para los coches que se dirigen al Oeste y al Norte de la ciudad. El Passeig del 22 de juliol ha sido otros de los trayectos que ha acusado incremento de tráfico como consecuencia del desvío.