Los visitantes y clientes del Hotel Don Cándido de Terrassa de este fin de semana, desde el viernes y hasta ayer el lunes, y también los empleados, han tenido la oportunidad de descubrir el mundo de la decoración con globos. Lo comprobaron nada más llegar al hotel donde el vestíbulo aparecía adornado con una gran escultura a modo de tornado, bautizada como "Revolution", realizada por los participantes en la tercera convención de la Asociación Europea de Decorades y Artistas del Globo (AESDAG) que tenía lugar allí.
El nombre no fue elegido al azar. Explicó Santiago Sala, vicepresidente de la entidad que "el título de las jornadas de este año es ‘Revolution’. Con esta palabra queremos decir que el sector quiere y puede innovar". En este sentido, Sala se remitió a que, hace poco, los globos eran un elemento que se asociaban a las fiestas de aniversario, especialmente infantiles, pero esto ya no es así. Ha evolucionado muchísimo. Los globos siguen presentes en un aniversario pero cada vez se utilizan más para inauguraciones y fiestas de eventos corporativos y comerciales".
El creciente interés que despierta este tipo de trabajo de decoración poco conocido aún aquí se observó en las salas donde tenía lugar la convención. Un total de 140 profesionales, decoradores y artistas, llegados de 16 países del todo el mundo, realizaban clases teórico-prácticas por lo que se puedo admirar las posibilidades que da de sí este material de color y fantasía.
En la sala adaptada como taller, equipos de alumnos realizaban instalaciones gigantes de temática y estilo diverso. Una de ellas era un gran mural inspirado en los campos de Mancha, en un día de gran luminosidad, y en el que se daban cita Don Quijote con Dalí y "El pequeño Principito". Olga Trilles, de Reus, una de las coautoras, explicó que "es una composición muy colorista y ecléctica. Es un tanto surrealista porque hemos imaginado un encuentro entre personajes muy diferentes pero aquí podemos hacer volar la imaginación".
A pocos metros, Eduardo Lazo, de León, se había implicado en un grupo que realizaba dos disfraces de gran dimensión, una botella y un mono en homenaje al popular licor "Anís del Mono". Olga y Eduardo explicaron que llegaron al arte del globo a través de su afición por las manualidades y que en la actualidad, tras hacer mucha formación, cuentan con una cartera de clientes muy amplia. Los dos señalaron que "es un trabajo artístico gratificante". En el mismo taller también se configuraba un estanque con centenares de flamencos elegantes y una decoración con globos transparentes que en su interior acogían flores. Instalaciones efímeras pero que para sus artistas compensa. "Es como el montañero que llega a lo alto de la cima y siente que el esfuerzo le ha compensado", comparó Santiago Sala.
