El Centre Autonomista de Dependents del Comerç i la Indústria (CADCI) fue una asociación política, social y obrera de notable importancia en Catalunya en las primeras décadas del siglo XX. Fundada en 1903 en Barcelona, tenía como finalidad "agrupar a los dependientes del comercio y de la industria para conseguir la mejora moral, cultural, física y material de los asociados, de acuerdo con los principios autonomistas y de una sana y convivente catalanidad", según figuraba en sus estatutos, y por eso se la conoció como la agrupación de los "saltataulells", Así se denominaba popularmente a los dependientes en aquella época. La asociación hizo campañas por el cierre de las tiendas a las ocho de la tarde, el descanso dominical, la jornada de trabajo de diez horas o la supresión del internado".
También existió un CADCI terrassense. Ana Fernández ha estudiado su historia y la explica en el estudio que publica en la separata de enero-febrero del boletín de la Agrupació de Col·leccionistes de Terrassa. Una historia que se remonta al 28 de febrero de 1913, cuando el historiador y pedagogo Alexandre Galí publica en el diario local La Sembra la propuesta de constituir un grupo en la ciudad. El 20 de abril, en el primer piso del Cafè Condal, se celebra una primera reunión, con una charla de Joan Bas, del CADCI de Barcelona, de la que surgió una comisión encargada de impulsar el proyecto.
Primero, conferencias
"Pero aquella idea fue acogida con algunos recelos, entre otros, por la desconfianza con respecto a las patronales o las incógnitas que planteaba la magnitud de llevar a cabo en la debida forma una labor como aquella", escribe Fernández. "Para disipar aquellos temores, se decidió montar un ciclo de conferencias bajo el título ‘Curs d’estudis comercials’ y nombrar otra comisión para que se hiciera cargo de los trabajos preliminares y comenzara a redactar unos estatutos, a la vez que también se constituía una contracomisión encargada de analizar todos los posibles ‘contras’".
El 17 de junio de 1913 tuvo lugar en el Cafè Condal la primera "Assemblea de Dependents", con asistencia de más de trescientas personas. El día 24 del mismo mes se aprobaban los estatutos, y el 15 de julio de 1913 se presentaba un reglamento y tenía lugar la constitución pública de la primera junta directiva, con Joaquim Quintana i Guillem como presidente. De la junta directiva dependían tres secciones, la de Socors i Previsió, Intrucció i Cultura, y Relació i Treball.
En su primer mes de existencia, el CADCI terrassense (cuya denominación curiosamente no incluía la palabra "autonomista", y estaba escrita en castellano en la cabecera de su boletín) tuvo su sede social en el domicilio de su presidente, en el número 20 de la calle de Sant Pau. Después alquiló un local en la calle de la Font Vella, 118, donde la tarde del 21 de septiembre se celebró la fiesta inaugural de la entidad. A partir del 3 octubre de 1913, la secció de Instrucció i Cultura comenzó a impartir cursos de formación (francés y taquigrafía) para sus asociados y, desde el año siguiente, coordinó ciclos de conferencias sobre asuntos comerciales, industriales y mercantiles. La primera fue "Fonaments econòmics de la protecció", impartida por Alfons Sala i Argemí, en la que el conde de Ègara "aprovechó para rechazar los principios económicos de Adam Smith y de David Ricardo y para defender que el ideal de las doctrinas proteccionistas coincidía con el ideal de perfección impuesto por Dios al hombre".
Una sociedad rival
Al CADCI de Terrassa, no obstante, la competencia le surgió muy pronto. En septiembre de 1913, fue fundada la Societat d’Estudis Comercials de Terrassa, con domicilio en la calle de Mas Adei, 76, "con unos objetivos formativos similares a la anterior entidad", y tres días después de que el CADCI comenzara sus cursos, el 6 de octubre de 1913, la otra entidad iniciaba el suyo de "enseñanza preparatoria comercial, que incluía clases de aritmética relacionada con el cálculo mercantil, y de gramàtica".
Curiosamente, tales clases fueron impartidas por la persona que había llamado a la constitución del CADCi terrassense, Alexandre Galí. "Precisamente, la similitud de objetivos entre las dos entidades hizo que, en algunos momentos, se manifestaran ciertas fricciones".
Primo de Rivera lo ilegalizó
La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), que desarrolló una política de represión del catalanismo, ilegalizó el CADCI, y procesó y encarceló a muchos de sus dirigentes, bajo la acusación de separatistas. Sus locales fueron cedidos a los denominados Sindicatos Libres, organizados por las patronales y afectos a la dictadura. Ello "provocó una gran controversia, ya que no solamente significaba la revocación de las juntas democráticamente escogidas, sino también el deshaucio de todos sus patrimonios. A finales de 1930 de inició una campaña para restablecer la legalidad jurídica de estas entidades, objetivo que se consiguió al año siguiente".
No hay datos sobre lo que sucedió en el CADCI de Terrassa en ese período, pero sí de que, el 7 de octubre de 1932, celebró una asambela en la que se acordó la disolución de la entidad. El diario Avui del 27 de octubre de 1932 señaló que "en Terrassa no ha sido posible un hogar de cultura y catalanidad como esta entidad insigne que, incluso perseguida por la Dictadura, pudo resistir la adversidad de las circunstancias. Ahora, ante la indiferencia de quienes moralmente estaban oblidados a contribuirla, desaparece de entre nosotros", Añadía que "todos los amantes de la cultura, echaremos de menos siempre esta entidad luchadora".
En febrero de 1933, diversos socios de la desaparecida entidad "recogieron firmas para organizar una entidad similar, pero con un carácter más recreativo". No hay noticias de que pudieran ponerla en marcha. Durante los hechos del 6 de octubre de 1934, el ejército español desalojó a cañonazos la sede barcelonesa del CADCI, a consecuencia de lo cual fallecieron Jaume Compte Amadeu Bardina y Manuel González, dirigentes del Partit Català Proletari. Tras la Guerra Civil, el CSDCI se mantuvo activo en el exilio, en Chile y Argentina.