Operación Triunfo 2017", el exitoso programa musical de La1 presentado por Roberto Leal, terminó el pasado martes 13 de febrero con una gala especial en la que los 16 concursantes volvieron a interpretar algunas de las mejores actuaciones de esta edición. El talent show ha emitido todas sus galas desde el plató 3 del Parc Audiovisual de Catalunya, en Terrassa. Además, la academia donde han estado conviviendo los concursantes también está ubicada en el recinto.
No obstante, esta no es la única relación del programa con la ciudad. Cristina Burgos y Sheila Ortega, profesoras de la escuela de danza Boogie Town, de Terrassa, han sido las dos profesoras de baile urbano de esta edición. Mientras que la primera se ha centrado en el hip-hop, el locking y el house; la segunda les ha enseñado los movimientos propios del dancehall.
"De pequeña, estaba todo el día bailando en casa, por lo que mi madre decidió apuntarme a una escuela de danza", explica Burgos, de Terrassa. Esta joven de 33 años empezó como profesora de baile cuando aún estudiaba Bachillerato. Más adelante, empezó a trabajar para distintas marcas internacionales como Nike. También ha formado parte del elenco de "40 El Musical" y ha trabajado con artistas de la talla de David Bisbal, Edurne, Pixie Lott, Macaco, Sweet California, Wisin o Flavio Rodríguez. Además de bailarina, la egarense está licenciada en Periodismo por la Universitat Autónoma de Barcelona y es técnica superior en Actividades Físico Deportivas. "Empecé de pequeña con el jazz pero la música que más me gusta es el hip-hop y el r&b", cuenta la egarense.
Por su parte, Sheila Ortega es coreógrafa, bailarina y profesora de danza urbana, especialista en dancehall. "A los tres años empecé bailando flamenco. A los 15 me fui al hip-hop y los 18 o 19 empecé con el dancehall", explica la de L’Hospitalet de Llobregat, que se dedica profesionalmente a la danza desde los 16 o 17 años, momento en el que comenzó a dar clases.
Esta joven de 24 años, como Burgos, forma parte del equipo de Boogie Town, una escuela de baile urbano pensada para gente de todas las edades y niveles. Su trayectoria profesional le ha conducido hasta China donde ha sido coreógrafa y bailarina de varios clubs. También ha colaborado con artistas de la talla de Henry Méndez (videoclip "El Tiburón") y de Da Soul ("El no te da"). Ahora forma parte del equipo de baile de Bad Gyal.
"Gestmusic contactó con Boogie Town porque estaban buscando profesoras de baile para "OT". Pidieron vídeos y podernos entrevistar. Estuvimos dos horas hablando con dos personas de la productora. Supongo que se sintieron cómodos y por eso nos propusieron ser profesoras de la escuela", recuerda Burgos. "Nos reunimos con Jordi Rosell y Tinet Rubira. Recuerdo que estaba un poco nerviosa pero fueron muy simpáticos", añade Ortega, que cuenta que la hacía mucha ilusión ser profesora de "Operación Triunfo", a la vez que le daba respeto "porque nunca había dado clase con cámaras". Sin embargo, la hospitalense destaca que desde la sala no se ven, por lo que las clases han sido como cualquier otra.
El primer día
"El primer día fue un poco chocante porque cuando salí de dar clase vi todos los mensajes que había recibido de gente que me había visto por el canal 24 horas. Entonces me di cuenta de que no estaba dando clase para 16 personas sino que me veía mucha gente" cuenta, en este sentido, Burgos. No obstante, la terrassense asegura que "las clases han sido muy naturales. Cuando entras allí, no piensas en las cámaras porque no las ves".
Burgos y Ortega han estado dando clases en la academia dos veces por semana (una cada una). "Nos gustaría haber tenido más tiempo pero los chicos son cantantes y creo que han tenido suficiente", dice la de Terrassa.
"No sabíamos de qué nivel partiríamos pero la idea era que los chicos aprendieran a moverse en el escenario, a reconocer su cuerpo, que trabajaran la coordinación… y que consiguieran soltura en el escenario, proyección al cantar y un movimiento natural", explica Burgos.
"Era solo una hora a la semana y no teníamos tiempo de conocernos bien pero la relación ha sido genial. Son todos súper bonitos, súper simpáticos y me llevo un muy buen recuerdo de ellos", asegura Ortega.
"Ha sido brutal. Todos los concursantes son súper majos. Al principio tenían miedo a nuestras clases. Recuerdo que en mi primera sesión, Aitana y Marina lloraron. Algunos estaban súper acostumbrados y otros, no. Pero esto fue cambiando súper rápido", asegura Burgos. "Al final les coges cariño y ellos te lo cogen a ti", añade.
Evolución
"Miriam desde el principio ya lo hacía muy bien. A Aitana le veo mucho mejor", dice Ortega. "Todos los concursantes han evolucionado mucho; sobre todos los que más tiempo han pasado en la academia. Aitana es un gran ejemplo. Ella empezó con muchas dudas. En mi primera clase lloró. Su movimiento era muy limitado y aunque aún le queda mucho por aprender, la ves ahora en el escenario y flipas. A Amaia y Alfred también les costaba mucho al principio y ahora ya siguen bien las coreografías. Les falta mucha conciencia corporal pero están haciendo cosas que no hacían hace tres meses", señala, por su parte, la especialista en hip-hop.
Las clases de Burgos y Ortega también han ayudado a los concursantes a aprenderse y a ejecutar las coreografías de sus actuaciones en plató. "En las coreografías de algunas galas han hecho pasos que ya habían hecho en nuestras clases. A veces no decían que lo habían pillado porque ya lo habían hecho con nosotras. Además, en cuanto a movimiento y memoria coreográfica también han mejorado mucho", cuenta la egarense "Sí, en cuanto a memoria coreográfica creo que hemos ayudado bastante y en movimiento también. Todos han mejorado muchísimo", añade Ortega.
Los "triunfitos" han vivido aislados durante el tiempo que han permanecido en la academia. Tanto los artistas que los han visitado como los profesores no les podían contar nada del exterior. "Cualquier cosa se puede magnificar. Se pueden llegar a rayar por cualquier tontería", señala Ortega. "A veces me han hecho algunas preguntas y les he tenido que responder que ya lo hablaríamos fuera de la academia, cuando salieran", recuerda Burgos. "No sabes como les puede influir la información del exterior. No sabes cómo puede reaccionar cada uno. Les puede afectar emocionalmente y cambiar su trayectoria en el programa", opina la joven bailarina, que se posiciona a favor de este aislamiento.
Después de tres meses y medio conviviendo con ellos, Burgos y Ortega tienen claro lo que les gustaría que se llevaran los 16 concursantes de esta experiencia. "Me gustaría que confiaran más en ellos mismos. Creo que han visto que al principio puede parecer difícil pero que con paciencia, cariño y amor pueden sacarlo", señala la de Terrassa. "Nunca tienes que decir que no se puede porque si se puede. Si trabajas duro, lo consigues", añade la de L’Hospitalet, que espera que los "triunfitos" se acuerden de los pasos más básicos que les ha enseñado y que "cuando vayan a la discoteca lo disfruten un montón con el dancehall".
Las dos aseguran que les gustaría seguir siendo profesoras de "OT" en posibles futuras ediciones. "A mi me gusta mucho dar clases y ver la evolución en la gente. La experiencia de "OT" me ha aportado cosas muy bonitas, tanto como profesionalmente como personalmente", afirma Burgos. "Me lo he pasado muy bien. Estoy muy agradecida por la experiencia y me encantaría repetirlo", destaca Ortega.