Los efectos del temporal de lluvia, nieve y bajas temperaturas del lunes se dejaron notar unas cuantas horas después. El martes se registraron en el casco urbano de Terrassa, cuando menos, tres accidentes de tráfico causados por placas de hielo en la calzada. Las colisiones se saldaron sin heridos.
La Policía Municipal fue advertida a las ocho de la mañana por un ciudadano: en la Ronda de Ponent, cerca de la calle de Sant Mateu, se había formado una placa de hielo y un conductor había perdido el control de su vehículo, colisionando contra otros estacionados. Una dotación policial acudió al lugar indicado por el testigo y supo que no había habido un accidente, sino dos, el segundo consecuencia del primero: otro automóvil había frenado de golpe ante la señalización de la primera colisión y el turismo que circulaba justo detrás impactó con él. Los guardias desplazados a la zona elaboraron informes de los dos hechos y alertaron al departamento de Gestión del Espacio Público (GEP) para que acudiesen al sector con sacos de potasa para echarla en la calzada.
Un motorista
Unos cuarenta minutos después de esos percances tuvo lugar otro en la calle de les Vinyoles, a la altura del camino de Can Boada. El 112 avisó a la Policía Municipal de la caída de un motorista en un tramo afectado por el hielo. Unos agentes constataron el accidente y, de nuevo, la Jefatura local contactó con el GEP para que unos operarios arrojasen potasa en la vía pública y evitasen así más accidentes.
El GEP había empleado sacos de la misma sustancia, a requerimiento de la policía, a las 7.40 de la mañana. Una persona había informado de la existencia de una peligrosa placa de hielo en el paseo del Vint-i-dos de Juliol, en el túnel bajo la rotonda de la Dona. El material que llevaron unos policías municipales resultó insuficiente.