El grupo municipal de Ciutadans quería llevar al pleno de enero el debate sobre las pancartas y pintadas de apoyo a los políticos presos, los lazos amarillos y las etiquetas en las placas de Stop "al 155" y lo hizo provocando al bloque independentista, que respondió airadamente. Formalmente, el grupo naranja presentó una propuesta de resolución contra "las actuaciones incívicas en el mobiliario urbano", solicitando más dotaciones de limpieza y sanciones más duras.
Desde las filas de ERC-MES, Carles Caballero acusó al portavoz Javier González de "camuflar" su intención y "vivir del conflicto", reprochándole un tuit en el que éste replicaba una pancarta que pedía al Ayuntamiento limpiar la "basura independentista". "Es un mensaje que incita al odio -denunció-. Pero no habrá fractura social porque una mayoría no lo queremos, por mucho que se esfuerce".
Marc Medina, de la CUP, reivindicó el espacio público como un lugar "en movimiento constante", donde la ciudadanía "ha manifestado su apoyo a los presos políticos y contra la represión del Estado" y acusó a C,s de "criminalizarlo".
Miquel Sàmper, de PDeCAT, se sumó a las críticas : "Cuando un pueblo sufre anulación de sus derechos fundamentales, un lazo amarillo o una etiqueta de ‘no al 155’ en un stop no es suciedad, es libertad de expresión", dijo. El portavoz del PDeCAT retó al PSC, que había anunciado su voto afirmativo a la propuesta de C,s. "Cualquier formación progresista debería mirarselo votar una propuesta como esta". También lo hizo Caballero, de ERC, que acusó a los socialistas de querer "recuperar altura electoral. No lo hará bailándole el agua a C,s".
La propuesta de C,s salió adelante con los votos del PSC y PP. El socialista Marc Armengol, encargado de aplicarla, se aferró a la literalidad de la moción y anunció que "las medidas que pide C,s ya se están tomando". González, por su parte, avisó de que pedirá explicaciones "cada tres meses".
En el turno de ruegos y preguntas, el alcalde anunció que enviará cartas interesándose por la situación de los políticos presos y en Bruselas, a petición de la concejal del PDeCAT Mertixell Lluís.
Se daba carpetazo así a un debate que se tensó por momentos, cuando González se refirió al independentismo como una "enfermedad" y cuando al republicano Carles Caballero se le negó la réplica.
