La prolongación de la línea de Ferrocarrils, que desde verano de 2015 cruza la ciudad de sur a norte en apenas 10 minutos, podía haber sido una condena para el transporte público en superficie. Así lo han vivido otras ciudades, que han apostado por competir. En Terrassa los dos operadores de transporte público han colaborado desde el primer momento y el resultado es un aumento de usuarios en ambos modos de transporte.
El modelo ya ha captado la atención de diferentes ciudades y universidades, interesadas en saber cómo afrontar un proceso similar. En julio, el Ayuntamiento de Terrassa y Tmesa participarán en un congreso de ingeniería del transporte en Gijón, donde el caso de Terrassa se expondrá como un modelo de éxito.
"Una de las cosas que hemos aprendido en este proceso es que hay que aguantar", explica Guillermo Ríos. "No es fácil", admite, pero "los cambios modales son lentos" y hay que darle tiempo al usuario a adaptarse a la nueva situación.
En Terrassa, Tmesa perdió 180 mil viajeros en los primeros meses tras la entrada en servicio de la prolongación de FGC. Los ciudadanos estaban experimentando con la nueva oferta, y los cambios de líneas para acercarlas a las estaciones necesitaron rodaje.
Era solo cuestión de unos meses. En 2017 la colaboración entre FGC y Tmesa dio sus frutos y los usuarios empezaron a aumentar también en el bus. Los autobuses y las paradas informaron de las rutas de conexión con el tren y en las estaciones de FGC se instalaron paneles con información del transporte municipal.
De cara a 2018, el objetivo es "seguir adaptándonos a la intermodalidad. Creemos que aún hay margen para conseguir nuevos viajeros", explica Ríos. FGC tiene previsto incorporar nuevos trenes a la línea de Terrassa que mejorarán las frecuencias y que se espera capten nuevos viajeros, personas que quizás necesiten el bus para llegar a la estación o para regresar a casa.
Estaciones
En paralelo, la consellería de Territori i Sostenibilitat estudia la viabilidad de las dos nuevas estaciones en la ciudad: la de Rodalies pendiente en Can Boada, y una nueva de FGC frente al Palacio de Justicia.
Sin embargo, el gran cambio que revolucionará la movilidad en Terrassa y que pondrá en jaque al vehículo privado llegará más tarde. FGC anunciaba recientemente su intención de llevar a la ATM la propuesta de desdoblar la vía vallesana para incorporar trenes lanzadora a Barcelona, que harán tiempos de 20 o 25 minutos. La compañía pretende que el proyecto se incorpore al próximo Pla Director d’Infraestructures.